Página 253 - Los Hechos de los Ap

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Trabajos y dificultades
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de Dios que sean obligados a dedicar una gran parte de su tiempo al
trabajo secular.
Estos fieles obreros, aunque dispuestos a gastar y ser gastados
por el Evangelio, no están exentos de tentación. Cuando están impe-
didos y cargados por ansiedades porque la iglesia no les da el debido
sostén financiero, algunos son acosados fieramente por el tentador.
Cuando ven que se aprecian tan poco sus labores, se deprimen. Es
verdad que esperan recibir su justa recompensa en el tiempo del
juicio y esto los sostiene; pero entretanto sus familias deben recibir
alimento y ropa. Si se pudieran sentir relevados de su divina comi-
sión, trabajarían voluntariamente con sus manos. Pero comprenden
que su tiempo pertenece a Dios, no obstante la miopía de aquellos
que deberían proveerles suficientes fondos. Se sobreponen a la ten-
tación de entregarse a ocupaciones por las cuales pronto se verían
libres de necesidades; y continúan trabajando para el progreso de la
causa que les es más cara que la misma vida. Para hacer esto, pueden,
con todo, verse obligados a seguir el ejemplo de Pablo, y dedicarse
por un tiempo a la labor manual mientras continúan realizando su
obra ministerial. Hacen esto, no para fomentar sus propios intereses,
sino los intereses de la causa de Dios en la tierra.
Hay ocasiones cuando le parece imposible al siervo de Dios
hacer la obra que necesita hacerse, por causa de la falta de medios
para realizar un trabajo vigoroso y sólido. Algunos temen que con
las facilidades puestas a su disposición no pueden hacer todo lo que
sienten que es su deber hacer. Pero si avanzan por fe, se revelará
la salvación de Dios, y la prosperidad acompañará sus esfuerzos.
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El que ha ordenado a sus siervos ir por todas partes del mundo,
sostendrá a todo obrero que en obediencia a su mandato procure
proclamar su mensaje.
En la edificación de su obra, el Señor no aclara todas las cosas
a sus siervos. Algunas veces prueba la confianza de su pueblo,
haciéndolo pasar por circunstancias que lo obliguen a avanzar por
fe. A menudo guía a sus hijos por lugares estrechos y difíciles, y les
ordena avanzar cuando parece que sus pies penetran en las aguas
del Jordán. En tales ocasiones, cuando las oraciones de sus siervos
ascienden a él con ardiente fe, Dios abre el camino ante ellos y los
lleva a lugares amplios.