Página 271 - Los Hechos de los Ap

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Capítulo 36—Apostasía en Galacia
Este capítulo está basado en Gálatas.
Mientras estaba en Corinto, Pablo tenía motivo de seria apren-
sión concerniente a algunas de las iglesias ya establecidas. Por la
influencia de falsos maestros que se habían levantado entre los cre-
yentes de Jerusalén, se estaban extendiendo rápidamente la división,
la herejía y el sensualismo entre los creyentes de Galacia. Esos fal-
sos maestros mezclaban las tradiciones judías con las verdades del
Evangelio. Haciendo caso omiso de la decisión del concilio gene-
ral de Jerusalén, instaban a los conversos gentiles a observar la ley
ceremonial.
La situación era crítica. Los males que se habían introducido
amenazaban con destruir rápidamente a las iglesias Gálatas.
El corazón de Pablo se sintió herido y su alma fué conmovida
por esta abierta apostasía de aquellos a quienes había enseñado
fielmente los principios del Evangelio. Escribió inmediatamente a
los creyentes engañados, exponiendo las falsas teorías que habían
aceptado, y reprendiendo con gran severidad a los que se estaban
apartando de la fe. Después de saludar a los Gálatas con las palabras:
“Gracia sea a vosotros, y paz de Dios el Padre, y de nuestro Señor
Jesucristo,” les dirigió estas palabras de agudo reproche:
“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis traspasado del
que os llamó a la gracia de Cristo, a otro evangelio: no que hay
otro, sino que hay algunos que os inquietan, y quieren pervertir el
evangelio de Cristo. Mas aun si nosotros o un ángel del cielo os
anunciare otro evangelio del que os hemos anunciado, sea anatema.”
Las enseñanzas de Pablo habían estado en armonía con las Escrituras,
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y el Espíritu había dado testimonio acerca de sus labores; por lo tanto
exhortó a sus hermanos a que no escucharan a quien contradijera la
verdad que él les había enseñado.
El apóstol pidió a los creyentes Gálatas que consideraran
cuidadosamente el comienzo de su vida cristiana. “¡Oh Gálatas
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