Página 303 - Los Hechos de los Ap

Basic HTML Version

Pablo apela a César
299
medida en el corazón de los judíos. En lo futuro, hombres que se
digan representantes de Cristo seguirán una conducta similar a la
de los sacerdotes y príncipes en su manera de tratar a Cristo y a los
apóstoles. En la gran crisis por la cual tendrán que pasar pronto, los
fieles siervos de Dios encontrarán la misma dureza de corazón, la
misma cruel determinación y el mismo odio implacable.
Todo el que en ese día malo quiera servir sin temor a Dios, de
acuerdo con los dictados de su conciencia, necesitará valor, firmeza
y conocimiento de Dios y de su Palabra; porque los que sean fieles a
Dios serán perseguidos, sus motivos serán condenados, sus mejores
esfuerzos serán desfigurados y sus nombres serán denigrados. Sata-
nás obrará con todo su poder engañador para influir en el corazón y
obscurecer el entendimiento, para hacer pasar lo malo por bueno, y
lo bueno por malo. Cuanto más fuerte y pura sea la fe del pueblo de
Dios, y más firme su determinación de obedecerle, más fieramente
tratará Satanás de excitar contra ellos la ira de los que, mientras
pretenden ser justos, pisotean la ley de Dios. Se requerirá la más
firme confianza, el más heroico propósito, para conservar la fe una
vez dada a los santos.
Dios desea que su pueblo se prepare para la crisis venidera. Esté
preparado o no, tendrá que afrontarla; y solamente aquellos que
vivan en conformidad con la norma divina, permanecerán firmes en
[345]
el tiempo de la prueba. Cuando los gobernantes seculares se unan
con los ministros de la religión para legislar en asuntos de conciencia,
entonces se verá quiénes realmente temen y sirven a Dios. Cuando
las tinieblas sean más profundas, la luz de un carácter semejante
al de Dios brillará con el máximo fulgor. Cuando fallen todas las
demás confianzas, entonces se verá quiénes confían firmemente en
Jehová. Y mientras los enemigos de la verdad estén por doquiera,
vigilando a los siervos de Dios para mal, Dios velará por ellos para
bien. Será para ellos como la sombra de un gran peñasco en tierra
desierta.
[346]