Página 371 - Los Hechos de los Ap

Basic HTML Version

Un fiel subpastor
367
trarían, no perdonando el rebaño. Pero ninguna de esas cosas debía
desalentar a aquellos cuyas esperanzas se cifraban en Cristo. Con
palabras de aliento Pedro dirigió las mentes de los creyentes de las
pruebas presentes y escenas futuras de sufrimiento a “una herencia
incorruptible, y que no puede contaminarse, ni marchitarse.” “El
Dios de toda gracia—oró fervientemente Pedro,—que nos ha llama-
do a su gloria eterna por Jesucristo, después que hubiereis un poco
de tiempo padecido, él mismo os perfeccione, confirme, corrobore y
establezca., A él sea gloria e imperio para siempre. Amén.”
[422]