Página 392 - Los Hechos de los Ap

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Capítulo 55—Transformado por gracia
En la vida del discípulo Juan se ejemplifica la verdadera san-
tificación. Durante los años de su íntima asociación con Cristo, a
menudo fué amonestado y prevenido por el Salvador, y aceptó sus
reprensiones. A medida que el carácter del divino Maestro se le
manifestaba, Juan vió sus propias deficiencias, y esta revelación le
humilló. Día tras día, en contraste con su propio espíritu violento,
contemplaba la ternura y la tolerancia de Jesús y oía sus lecciones
de humildad y paciencia. Día tras día su corazón fué atraído a Cristo
hasta que se perdió de vista a sí mismo por amor a su Maestro. El
poder y la ternura, la majestad y la mansedumbre, la fuerza y la
paciencia, que vió en la vida diaria del Hijo de Dios llenaron su alma
de admiración. Sometió su temperamento resentido y ambicioso
al poder modelador de Cristo, y el amor divino realizó en él una
transformación de carácter.
En notable contraste con la obra de santificación realizada en
la vida de Juan está la experiencia de su condiscípulo Judas. Así
como su compañero, éste profesaba ser discípulo de Cristo, pero
poseía solamente la forma de la piedad. No era insensible a la
hermosura del carácter de Cristo; y a menudo, mientras oía las
palabras del Salvador, afloraba la convicción de su culpabilidad;
pero no humilló su corazón ni confesó sus pecados. Resistiendo a
la influencia divina deshonró al Maestro a quien profesaba amar.
Juan luchó fervorosamente contra sus defectos; pero Judas violó su
conciencia y cedió a la tentación, ligándose con mayor seguridad a
sus malos hábitos. La práctica de las verdades que Crista enseñaba
se oponía a sus deseos y propósitos, y no quiso renunciar a sus ideas
a fin de recibir la sabiduría del cielo. En vez de caminar en la luz,
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escogió andar en las tinieblas. Acarició deseos perversos, la codicia,
pasiones de venganza, obscuros y sombríos pensamientos, hasta que
Satanás obtuvo la dirección completa de su vida.
Juan y Judas representan a los que profesan ser seguidores de
Cristo. Ambos discípulos tuvieron las mismas oportunidades de
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