Página 409 - Los Hechos de los Ap

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El Apocalipsis
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Su rostro brillaba como el sol. En su mano tenía siete estrellas, y de
su boca salía una espada aguda de dos filos, emblema del poder de
su palabra. Patmos resplandeció con la gloria del Señor resucitado.
“Y cuando yo le vi—escribió Juan,—caí como muerto a sus pies.
Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas.”
Apocalipsis
1:17
.
Juan fué fortalecido para vivir en la presencia de su Señor glorifi-
cado. Entonces ante sus maravillados ojos fueron abiertas las glorias
del cielo. Le fué permitido ver el trono de Dios y, mirando más allá
de los conflictos de la tierra, contemplar la hueste de los redimidos
con sus vestiduras blancas. Oyó la música de los ángeles del cielo,
y los cantos de triunfo de los que habían vencido por la sangre del
Cordero y la palabra de su testimonio. En la revelación que vió se
desarrolló una escena tras otra de conmovedor interés en la experien-
cia del pueblo de Dios, y la historia de la iglesia fué predicha hasta
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el mismo fin del tiempo. En figuras y símbolos, se le presentaron a
Juan asuntos de gran importancia, que él debía registrar para que los
hijos de Dios que vivían en su tiempo y los que vivieran en siglos
futuros pudieran tener una comprensión inteligente de los peligros y
conflictos que los esperaban.
Esa revelación fué dada para la orientación y el aliento de la
iglesia durante la dispensación cristiana. Y sin embargo ha habido
maestros religiosos que declararon que es un libro sellado y que sus
secretos no pueden explicarse. Como resultado, muchos han dejado
de lado el registro profético y rehusado dedicar tiempo al estudio de
sus misterios. Pero Dios no desea que su pueblo considere así ese
libro. Es “la revelación de Jesucristo, que Dios le dió, para manifestar
a sus siervos las cosas que deben suceder presto.” “Bienaventurado el
que lee—dijo el Señor,—y los que oyen las palabras de esta profecía,
y guardan las cosas en ella escritas: porque el tiempo está cerca.”
Apocalipsis 1:1, 3
. “Porque yo protesto a cualquiera que oye las
palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas,
Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si
alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará
su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que
están escritas en este libro. El que da testimonio de estas cosas, dice:
Ciertamente, vengo en breve.”
Apocalipsis 22:18-20
.