Página 147 - El Hogar Cristiano (2007)

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Un círculo sagrado
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Unidad, amor y paz
—Hagan los padres y las madres una pro-
mesa solemne al Dios a quien profesan amar y obedecer, de que
por su gracia no disputarán entre sí, sino que en su vida y genio
manifestarán el espíritu que desean ver manifestado por sus hijos
Los padres deben tener cuidado de no tolerar que penetre en el
hogar el espíritu de disensión; porque constituye uno de los agentes
de Satanás para dejar su impresión en el carácter. Si los padres están
dispuestos a luchar por la unidad en el hogar mediante la inculcación
de los principios que rigieron la vida de Cristo, la disensión será
desterrada y reinarán la unidad y el amor. Los padres y los hijos
participarán del don del Espíritu Santo
Recuerden el esposo y la esposa que tienen que llevar bastantes
cargas sin envenenar su vida permitiendo que se produzcan divi-
siones. Los que dan cabida a las pequeñas divergencias invitan a
Satanás a que entre en su hogar. Los hijos se contagian del espíritu
de contender por bagatelas. Los agentes del mal hacen su parte para
lograr que padres e hijos sean desleales a Dios
Aunque se presenten pruebas en la vida marital, los esposos de-
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ben guardar sus almas en el amor de Dios. El padre debe considerar a
la madre de sus hijos como persona que merece toda bondad, ternura
y simpatía
El secreto de la unidad familiar
—Lo que causa división y dis-
cordia en las familias y en la iglesia es la separación de Cristo.
Acercarse a Cristo es acercarse unos a otros. El secreto de la verda-
dera unidad en la iglesia y en la familia no estriba en la diplomacia
ni en la administración, ni en un esfuerzo sobrehumano para vencer
las dificultades—aunque habrá que hacer mucho de esto—sino en la
unión con Cristo.
Representémonos un círculo grande desde el cual parten muchas
rayas hacia el centro. Cuanto más se acercan estas rayas al centro,
tanto más cerca están una de la otra.
Así sucede en la vida cristiana. Cuanto más nos acerquemos a
Cristo tanto más cerca estaremos uno del otro. Dios queda glorifica-
do cuando su pueblo se une en una acción armónica
Ayúdense unos a otros
—La firma familiar es una sociedad sa-
grada, en la cual cada miembro debe desempeñar una parte, ayu-
dándose el uno al otro. El trabajo de la familia debe realizarse con