Página 178 - El Hogar Cristiano (2007)

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Capítulo 35—Deben compartirse las cargas
El deber del padre no puede delegarse
—El deber del padre
hacia sus hijos no puede delegarse a la esposa. Si ella cumple su
propio deber, tiene bastante carga que llevar. Únicamente si obran
de concierto pueden el padre y la madre cumplir la obra que Dios
confió a sus manos
El padre no debe excusarse de hacer su parte en la obra de educar
a sus hijos para esta vida y para la inmortalidad. Debe compartir la
responsabilidad. Tanto el padre como la madre tienen obligaciones.
Los padres han de manifestarse mutuamente amor y respeto, si
quieren ver estas cualidades desarrollarse en su hijo
Con miradas animosas y buenas palabras, el padre debe alentar
y sostener a la madre en su obra y sus cuidados
Procure ayudar a su esposa en el conflicto que la espera. Vele
sobre sus palabras, cultive el refinamiento de los modales, la cortesía
y amabilidad, y será recompensado por ello
Su tierno ministerio alivia la carga de la madre
—Cualquiera
que sea la vocación del padre y cualesquiera que sean sus perple-
jidades, debe él conservar en su casa el mismo rostro sonriente y
tono placentero con que saludó todo el día a los visitantes y a los
extraños. Sienta la esposa que puede apoyarse en los amplios afectos
de su esposo, que los brazos de él la fortalecerán y sostendrán en
todos sus afanes y cuidados, que su influencia apoyará la de ella, y
su carga perderá la mitad de su peso. ¿Acaso no son los hijos tanto
de él como de ella
Es posible que la esposa asuma cargas a las cuales atribuya ma-
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yor importancia que al deber de ayudar a su esposo en el desempeño
de su parte de la responsabilidad; y lo mismo se aplica al esposo.
Los servicios tiernos son de valor. El esposo tiende a sentirse libre
para salir y entrar en su hogar como huésped más bien que como
vinculador del círculo familiar
Los deberes domésticos son sagrados e importantes; sin embargo
a menudo adolecen de una monotonía cansadora. Los incontables
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