Página 197 - El Hogar Cristiano (2007)

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Capítulo 39—Influencia de la madre
Llega hasta la eternidad
—La esfera de la madre puede ser
humilde; pero su influencia, unida a la del padre, es tan perdurable
como la eternidad. Después de Dios, el poder de la madre en favor
del bien es el más fuerte que se conozca en la tierra
La influencia de la madre no cesa nunca; y si se hace sentir
siempre en favor del bien, el carácter de sus hijos atestiguará el
fervor y valor moral de ella. Su sonrisa y estímulo pueden ser una
fuerza que inspire. Puede comunicar alegría al corazón de su hijito
mediante una palabra de amor, una sonrisa de aprobación....
Cuando su influencia está de parte de la verdad y la virtud,
cuando la sabiduría divina guía a la madre, ¡cuánto poder ejercerá
su vida en favor de Cristo! Su influencia llegará a través del tiempo
hasta la eternidad. ¡Cuán solemne es pensar que las miradas, palabras
y acciones de la madre darán fruto en la eternidad, y que de su
influencia resultará la salvación o la ruina de muchos
Muy poco se percata la madre de que su influencia en la educa-
ción juiciosa de sus hijos atraviesa con tanto poder las vicisitudes de
esta vida para extenderse hasta la venidera e inmortal. Para formar
un carácter de acuerdo con el Modelo celestial se requiere mucha
labor fiel, ferviente y perseverante; pero será recompensada, porque
Dios es galardonador de todo trabajo bien dirigido en la salvación
de almas
Tal madre, tales hijos
—El vínculo terrenal más tierno es el que
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liga a la madre con su hijo. Este queda más impresionado por la vida
y el ejemplo de la madre que por la del padre, porque aquélla y el
niño se ven unidos por un vínculo más fuerte y tierno
Los pensamientos y sentimientos de la madre ejercerán una
influencia poderosa sobre el legado que deje a su hijo. Si ella permite
que su mente se espacie en sus propios sentimientos, si cede al
egoísmo, si es regañona y exigente, la disposición de su hijo lo
reflejará. Así es como muchos han recibido en herencia tendencias
casi invencibles hacia el mal. El enemigo de las almas comprende
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