Página 236 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
les plazca o divertirse. Educadlos pacientemente para que desem-
peñen su papel en el círculo familiar, para que tengan éxito en sus
esfuerzos por compartir las cargas de sus padres y hermanos. Así
tendrán la satisfacción de saber que son realmente útiles
Se puede enseñar a los niños a prestar servicio. Son por natu-
raleza activos y se inclinan a mantenerse atareados; esta actividad
es susceptible de ser adiestrada y dirigida debidamente. Se puede
enseñar a los niños, cuando están todavía en tierna edad, a llevar
diariamente sus ligeras cargas, asignando a cada niño alguna tarea
particular de cuyo cumplimiento es responsable ante sus padres o
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tutores. Aprenderán así a llevar el yugo del deber mientras sean
jóvenes; y la ejecución de sus tareas menudas llegará a ser un pla-
cer que les comunicará una felicidad que se obtiene únicamente al
hacer el bien. Se acostumbrarán a trabajar y a llevar responsabilida-
des; la ocupación les agradará y percibirán que la vida les reserva
quehaceres más importantes que el de divertirse....
El trabajo es bueno para los niños; son más felices cuando están
ocupados en algo útil durante gran parte del tiempo; encuentran pla-
cer más intenso en sus diversiones inocentes cuando han terminado
con éxito sus tareas. El trabajo fortalece los músculos y el intelecto.
Pueden las madres transformar a sus hijos en preciosos auxiliares
menores; y mientras les enseñen a ser útiles pueden ellas mismas
obtener conocimiento de la naturaleza humana, aprender a tratar con
estos seres jóvenes y conservar ellas mismas calor y juventud en
su corazón por su trato con los pequeñuelos. Y así como sus hijos
dependen de ellas con confianza y amor, ellas también pueden mirar
al amado Salvador para obtener ayuda y dirección. A medida que
crecen en edad, los niños debidamente educados aprenden a amar el
trabajo que alivia las cargas de sus seres queridos
Asegura el equilibrio mental
—En el cumplimiento de las ta-
reas que se les hayan asignado pueden fortalecer la memoria y
obtener un equilibrio mental correcto, así como estabilidad de ca-
rácter y prontitud. El día, con su ciclo de deberes menudos, exige
reflexión, cálculos y un plan de acción. A medida que los niños van
creciendo, se les debe pedir algo más. No debe ser una labor agota-
dora, ni debe ser su trabajo tan prolongado que los canse y desanime;
sino algo escogido juiciosamente con respecto al desarrollo físico
más deseable y al debido cultivo de la mente y del carácter