Página 247 - El Hogar Cristiano (2007)

Basic HTML Version

Consejos para los niños
243
Jesús conoce las necesidades de sus hijos, y se deleita en escuchar
sus oraciones. Los niños deben aislarse del mundo y de cuanto
apartaría de Dios sus pensamientos. Considérense como estando a
solas con Dios, cuyo ojo mira lo más íntimo del corazón y discierne
el deseo del alma, y recuerden que pueden conversar con Dios....
Luego, niños, pedid a Dios que haga en vuestro favor lo que no
podéis hacer vosotros mismos. Decídselo todo a Jesús. Abridle los
secretos de vuestro corazón; pues su ojo escudriña lo más oculto del
alma, y lee vuestros pensamientos como un libro abierto. Cuando
le hayáis pedido las cosas necesarias para el bien de vuestra alma,
creed que las recibís, y las tendréis
Cumplan con alegría sus deberes en la casa
—Los niños y jó-
venes deben ser misioneros en el hogar y hacer lo que necesita ser
hecho por alguien.... Mediante el cumplimiento fiel de las cosas me-
nudas que os parecen sin importancia, podéis demostrar que tenéis
[271]
un espíritu verdaderamente misionero. Vuestra disposición a ejecu-
tar los deberes que se os presenten, a aliviar vuestra sobrecargada
madre, probará que sois dignos de que se os confíen responsabilida-
des mayores. No consideráis que lavar los platos sea agradable; sin
embargo no os gustaría veros privados de comer el alimento puesto
en esos platos. ¿Os parece que para vuestra madre el hacer estas
cosas es trabajo más agradable que para vosotros? ¿Estáis dispuestos
a dejar que vuestra cansada madre realice una tarea desagradable
mientras desempeñéis el papel de grandes señores? Hay pisos que
barrer, hay alfombras que sacudir y habitaciones que poner en orden;
y mientras descuidáis la ejecución de esos trabajos, ¿es consecuente
de vuestra parte que deseéis responsabilidades mayores? ¿Habéis
considerado cuántas veces vuestra madre tiene que atender a todos
estos deberes domésticos mientras se os exime de ellos para que
podáis asistir a la escuela o divertiros
Muchos hijos atienden a sus deberes domésticos como si fuesen
tareas desagradables, y sus rostros indican claramente que así les
resultan. Critican, murmuran, y nada hacen con buena voluntad.
Esto no es obrar como Cristo; es manifestar el espíritu de Satanás,
y si lo albergáis, seréis como él. Os sentiréis desgraciados vosotros
mismos y haréis la vida miserable para cuantos os rodeen. No os
quejéis acerca de cuánto tenéis que hacer y de cuán poco tiempo
tenéis para divertiros; sed antes serviciales y cuidadosos. Al dedicar