Página 248 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
vuestro tiempo a algún trabajo útil, estaréis cerrando una puerta a las
tentaciones de Satanás. Recordad que Jesús no vivió para agradarse
a sí mismo, y que debéis ser como él. Haced de esto un asunto
de principios religiosos, y pedid a Jesús que os ayude. Ejercitando
vuestra mente en este sentido, os prepararéis para llevar cargas en
la causa de Dios así como las llevasteis en el círculo del hogar.
Ejerceréis buena influencia sobre los demás y los ganaréis para que
sirvan a Cristo
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Concedan descanso y variedad a sus madres
—Para una ma-
dre amorosa es difícil instar a sus hijos a que le ayuden cuando ve
que no ponen el corazón en su trabajo y fraguan toda clase de excu-
sas para librarse de hacer una tarea desagradable. Niños y jóvenes,
Cristo os mira. ¿Os verá descuidar el cometido que confió a vuestras
manos? Si queréis ser útiles, tenéis la oportunidad de serlo. Vuestro
primer deber consiste en ayudar a vuestra madre, que tanto ha hecho
por vosotros.
Llevad sus cargas, dadle días agradables de descanso; porque ha
tenido muy pocas vacaciones y variedad en su vida. Vosotros habéis
procurado obtener como un derecho todo el placer y la diversión a
vuestro alcance; pero ha llegado el momento en que os toca alegrar
el hogar. Asumid vuestro deber; ponéos a trabajar. Mediante vuestra
devoción abnegada, dadle a ella descanso y placer
La recompensa divina para los que sean como Daniel
—Se
necesitan ahora hombres que, como Daniel, se atreverán a obrar. En
el mundo de hoy se necesita tener un corazón puro y fuerte, y una
mano intrépida. Dios quiso que el hombre mejorase constantemente
y se elevase diariamente a un peldaño más alto en la escala de
la excelencia. Nos ayudará si procuramos ayudarnos a nosotros
mismos. Nuestra esperanza de felicidad en ambos mundos depende
de que progresemos en uno de ellos....
Amados jóvenes, Dios os invita a hacer una obra que podéis
hacer por su gracia. “Os ruego ... que presentéis vuestros cuerpos
en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro racional
culto.” Destacaos en la dignidad que Dios os ha dado como hom-
bres y mujeres. Revelad en vuestros gustos, apetitos y hábitos una
pureza que se compare con la manifestada por Daniel. Dios os da-
rá en recompensa nervios serenos, un cerebro despejado, un juicio
inalterado y percepciones agudas. Los jóvenes de hoy que tengan
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