Página 265 - El Hogar Cristiano (2007)

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La religión en la familia
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Adáptese la instrucción a la edad del niño
—Tan pronto como
los pequeñuelos tienen entendimiento, los padres deben contarles
la historia de Jesús para que puedan absorber la preciosa verdad
acerca del Niño de Belén. Inculcad en los niños sentimientos de
piedad sencilla, que se adapten a sus años y a su capacidad. Llevad
a vuestros hijos en oración a Jesús, pues él hizo posible que ellos
aprendan la religión mientras aprenden a formular las palabras del
idioma
En muy tierna edad, los niños son susceptibles a las influencias
divinas. El Señor dedica a estos niños su cuidado especial; y cuando
se crían en la disciplina y amonestación del Señor, resultan en una
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ayuda para sus padres, y no en un estorbo
Ambos padres deben cultivar la religión en el hogar
—Al pa-
dre y a la madre incumbe la responsabilidad de sostener la religión
en el hogar
No se cargue la madre con tantos cuidados que no pueda dedicar
tiempo a las necesidades espirituales de su familia. Soliciten los
padres a Dios que los guíe en su obra. Arrodillados delante de él,
obtendrán una verdadera comprensión de sus grandes responsabili-
dades, y podrán confiar a sus hijos a Aquel que nunca yerra en sus
consejos e instrucciones. ...
El padre de la familia no debe dejar a la madre todo el cuidado
de dar instrucción espiritual. Una gran obra debe ser hecha por los
padres y las madres, y ambos deben desempeñar su parte individual
en la preparación de sus hijos para el gran examen del juicio
Padres, haced participar a vuestros hijos en vuestros ejercicios
religiosos. Arrojad en derredor de ellos los brazos de vuestra fe,
y consagradlos a Cristo. No permitáis que cosa alguna os haga
descuidar vuestra responsabilidad de educarlos correctamente, ni
que interés mundanal alguno os induzca a dejarlos rezagados. No
toleréis que vuestra vida cristiana os aisle de ellos. Llevadlos con
vosotros al Señor; educad sus intelectos para que se familiaricen
con la verdad divina. Dejadlos asociarse con los que aman a Dios.
Llevadlos al pueblo de Dios como niños a los cuales procuráis ayudar
en la edificación de un carácter idóneo para la eternidad
¿Qué no logrará la religión en el hogar? Realizará la obra misma
que Dios quiso que se hiciera en cada familia. Los hijos se criarán en
la disciplina y admonición dei Señor. Serán educados y preparados,