Página 326 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
Acerca de una cuenta de ahorros
—Cada semana Vd. debiera
colocar en lugar seguro cinco o diez dólares que no se habrían de
usar sino en caso de enfermedad. Obrando con economía puede
invertir algo que le reporte interés. Mediante una administración
sabia puede ahorrar algo después de pagar sus deudas
He conocido una familia que recibía veinte dólares por semana
y los gastaba hasta el último centavo; mientras que otra, con el
mismo número de miembros, que recibía tan sólo doce dólares por
semana, ahorraba uno o dos dólares semanalmente, aunque tuviera
que privarse de comprar cosas que parecían necesarias pero no
indispensables
La propiedad asegurada por un testamento
—Los que son
fieles mayordomos de los recursos del Señor, conocerán exactamen-
te la situación de sus negocios, y como hombres prudentes estarán
preparados para cualquier emergencia. Si hubiese de terminar re-
pentinamente su tiempo de gracia, no dejarían en una perplejidad
tan grande a aquellos que se viesen en la necesidad de ordenar sus
bienes.
Muchos no se preocupan de hacer su testamento mientras gozan
aparentemente de salud. Pero nuestros hermanos debieran tomar esa
precaución; debieran conocer su situación financiera y no dejar que
sus negocios se enreden. Deben ordenar su propiedad de manera que
puedan dejarla en cualquier momento.
Los testamentos deben hacerse de una manera que resista la
prueba de la ley. Después de haber sido formulados, pueden perma-
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necer durante años, y no causar ningún perjuicio, aunque se continúe
haciendo donativos de vez en cuando, según la causa los necesite.
La muerte no llegará un día más temprano, hermanos, porque hayáis
hecho vuestro testamento. Al legar vuestra propiedad por testamento
a vuestros parientes, cuidad de no olvidar la causa de Dios. Sois sus
agentes, conservadores de su propiedad; y debéis considerar primero
sus requerimientos. Vuestra esposa y vuestros hijos no han de ser
dejados en la indigencia; debéis proveer para ellos, si lo necesitan.
Pero no introduzcáis en vuestro testamento, simplemente porque
es costumbre hacerlo, una larga lista de parientes que no sufren
necesidad
Recuerde la causa de Dios a tiempo
—Nadie piense que cum-
plirá con el sentir de Cristo si retiene avariciosamente su propiedad