Capítulo 67—Escenas y sonidos seductores
Nos rodean escenas y sonidos impíos
—Tenéis motivos por
experimentar profunda solicitud por vuestros hijos, quienes han
de hacer frente a tentaciones a cada paso que den hacia adelante.
Les resulta imposible evitar el trato con malas compañías.... Ven
espectáculos, oyen sonidos y están sujetos a influencias que tienden
a desmoralizarlos y que, a menos que estén cabalmente guardados,
lograrán imperceptible pero seguramente corromperles el corazón y
deformar su carácter
Todos necesitan protección contra la tentación
—En los hoga-
res cristianos debe levantarse un baluarte contra la tentación. Satanás
se vale de todos los medios para popularizar los delitos y vicios de-
gradantes. No podemos andar en las calles de nuestras ciudades sin
notar vistosos cartelones en los cuales descuellan los detalles de
crímenes descritos en alguna novela o representados en algún teatro.
Las mentes se familiarizan con el pecado. Los periódicos del día
recuerdan constantemente al pueblo la conducta que siguen los viles
y bajos, y en narraciones excitantes se le presenta todo lo que puede
despertar las pasiones
Algunos padres y madres son tan indiferentes y descuidados que
consideran como cosa sin importancia el que sus hijos asistan a una
escuela de la iglesia o a una escuela pública. Dicen: “Estamos en el
mundo, y no podemos salir de él.” Sin embargo, padres, podemos
salir bastante del mundo si queremos. Podemos evitar que nuestros
ojos vean muchos de los males que tan rápidamente se multiplican
en estos postreros días, y que nuestros oídos oigan tanto de lo impío
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y criminal que se propala
Siembra inicua, mies de crímenes
—Muchas de las publicacio-
nes populares del día están plagadas de episodios sensacionales y
educan a la juventud en la perversidad, y la llevan por la senda de
la perdición. Niños de tierna edad son viejos ya en el conocimiento
del crimen. Los incitan al mal las narraciones que leen. Realizan en
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