Página 335 - El Hogar Cristiano (2007)

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Escenas y sonidos seductores
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la imaginación las hazañas descritas en su lectura, hasta que llega a
despertarse en ellos el ardiente deseo de delinquir y evitar el castigo.
Para la inteligencia activa de niños y jóvenes, las escenas des-
critas en fantásticas revelaciones del porvenir son realidades. Al
predecirse revoluciones y describirse toda clase de procedimientos
encaminados a acabar con las vallas de la ley y del dominio de sí
mismo, muchos concluyen por adoptar el espíritu de estas represen-
taciones. Son inducidos a cometer crímenes aun peores, si ello es
posible, que los narrados tan vívidamente por los escritores. Con
tales influencias la sociedad está en vías de desmoralizarse. Las
semillas de la licencia son sembradas a manos llenas. Nadie de-
be sorprenderse de que de ello resulte tan abundante cosecha de
crímenes
La seducción de la música popular
—Me siento alarmada al
notar por doquiera la frivolidad de hombres y mujeres jóvenes que
profesan creer la verdad. No parecen pensar en Dios. Su mente
rebosa de insensatez, y su conversación, de asuntos vacíos y vanos.
Su oído tiene agudeza para percibir la música, y Satanás sabe qué
órganos puede excitar para animar, embargar y hechizar la mente de
modo que no desee a Cristo. El alma no siente anhelos espirituales
por conocimiento divino y crecimiento en la gracia.
Se me mostró que los jóvenes deben elevarse y hacer de la
Palabra de Dios su consejera y guía. Les incumben responsabilidades
solemnes que ellos consideran livianamente. La introducción de
la música en sus hogares, en vez de incitarlos a la santidad y la
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espiritualidad, ha contribuído a distraer de la verdad sus espíritus.
Los cantos frívolos y la música popular parecen cuadrar con su gusto.
Se ha dedicado a los instrumentos de música el tiempo que debiera
haberse dedicado a la oración. Cuando no se abusa de la música, ésta
es una gran bendición; pero mal empleada, es una terrible maldición.
Excita, pero no comunica la fuerza y el valor que el cristiano puede
hallar tan sólo ante el trono de la gracia cuando humildemente da a
conocer sus necesidades, y con fuertes clamores y lágrimas ruega al
Cielo que le fortalezca contra las poderosas tentaciones del maligno.
Satanás está llevando a los jóvenes cautivos. ¡Oh! ¿qué puedo decir
para inducirlos a quebrantar el poder de él para infatuarlos? Es un
hábil encantador para seducirlos y llevarlos a la perdición