Página 386 - El Hogar Cristiano (2007)

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El Hogar Cristiano
espíritu de murmuración, orgullo, vanidad e impureza, la mancha
puede resultar tan indeleble como la vida misma
Al hecho de que la educación recibida en el hogar es defectuosa
se debe que los jóvenes estén tan poco dispuestos a someterse a la
autoridad correspondiente. Yo soy madre, y sé de qué hablo cuando
digo que los jóvenes y niños están, no solamente más seguros sino
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también más felices, bajo una sana restricción que cuando siguen su
propia inclinación
Las visitas no acompañadas
—Algunos padres cometen el error
de conceder a sus hijos demasiada libertad. Tienen a veces tanta
confianza en ellos que no ven sus defectos. Es malo permitir a los
niños realizar visitas distantes que entrañan cierto gasto, sin estar
acompañados de sus padres o tutores. Ello tiene una mala influencia
sobre los niños. Llegan a pensar que son muy importantes y que les
pertenecen ciertos privilegios, y si éstos no les son concedidos, se
creen maltratados. Hacen alusión a otros niños que van y vienen y
tienen muchos privilegios, mientras que ellos tienen tan pocos.
Y la madre, temiendo que sus hijos la crean injusta, satisface
sus deseos, lo cual les causa gran perjuicio. Los jóvenes visitantes,
que no se hallan bajo el ojo vigilante de alguno de sus padres, de
modo que éstos puedan ver y corregir sus faltas, reciben a menudo
impresiones cuya supresión requiere meses
Los consejos imprudentes
—Retened a vuestros hijos en casa;
y si hay quienes os dicen: “Sus hijos no sabrán conducirse en el
mundo,” contestad a vuestras amistades que no os preocupáis mucho
acerca del asunto, sino que deseáis llevarlos al Maestro para que
los bendiga, así como antiguamente las madres llevaron a sus hijos
a Jesús. Decid a vuestros consejeros: “Los hijos son herencia del
Señor, y yo quiero ser fiel a mi cometido. ... Mis hijos deben criarse
de tal manera que no serán arrebatados por las influencias del mundo
sino que, cuando sean tentados a pecar, sabrán pronunciar un rotundo
No.”
... Decid a vuestros amigos y vecinos que queréis ver a vuestra
familia dentro de las puertas de la hermosa ciudad
Les esperan grandes pruebas
—Debe educarse a los niños de
tal manera que consideren normal la perspectiva de hacer frente a
dificultades, tentaciones y peligros. Se les debe enseñar a ejercer
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dominio sobre sí mismos y a vencer noblemente las dificultades;
y si no se precipitan voluntariosamente al peligro ni se colocan