Página 413 - El Hogar Cristiano (2007)

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Cómo hemos de jugar
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sencillos e higiénicos, de las mejores frutas y cereales, y extender su
mesa a la sombra de algún árbol o bajo la bóveda celeste. El viaje,
el ejercicio y el panorama estimularán el apetito, y podrán disfrutar
de una comida envidiable aun para los reyes.
En tales ocasiones los padres y los hijos deben sentirse libres
de cuidados, trabajos y perplejidades. Los padres deben hacerse
niños con sus hijos, y procurar que todo sea tan agradable como
resulte posible. Dedíquese todo el día a la recreación. El ejercicio al
aire libre beneficiará la salud de aquellos que han estado ocupados
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en forma sedentaria y entre cuatro paredes. Todos los que pueden
hacerlo han de considerar como un deber el obrar así. Nada se
perderá con ello, sino que mucho se ganará. Podrán volver a sus
ocupaciones con nueva vida y dedicarse a su trabajo con nuevo valor
y celo, y estarán mejor preparados para resistir a las enfermedades
Hállese felicidad en la naturaleza
—No pensemos que Dios
desea que renunciemos a cosa alguna que debamos conservar para
ser felices aquí. Todo lo que él requiere que dejemos es aquello que
al ser retenido no contribuiría a nuestro bien ni a nuestra felicidad.
El Dios que plantó los nobles árboles y los vistió de rico follaje,
que nos dió los brillantes y hermosos matices de las flores y cuya
hermosa obra vemos en toda la naturaleza, no quiere vernos desdi-
chados; ni es su propósito que no hallemos gusto ni placer en esas
cosas. Quiere que disfrutemos de ellas, que seamos felices entre los
encantos de la naturaleza, que él mismo creó
Reuniones sociales provechosas
—Las reuniones sociales re-
sultan provechosas e instructivas en grado máximo cuando los que
se congregan en ellas tienen el amor de Dios en su corazón, cuando
se reunen para sostener un intercambio de pensamientos acerca de
la Palabra de Dios o para considerar los métodos de hacer progresar
su obra y hacer bien a sus semejantes. Cuando el Espíritu Santo es
huésped bienvenido en estas reuniones, cuando nada se dice ni se
hace para hacerlo retirarse contristado, Dios resulta honrado, y los
concurrentes son refrigerados y fortalecidos
Debemos conducirnos y dirigir nuestras reuniones de tal manera,
que al volver a nuestros hogares podamos tener una conciencia libre
de ofensa hacia Dios y los hombres; una seguridad de que no hemos
herido ni perjudicado en nada a aquellos con quienes hemos estado
asociados, ni hemos ejercido una influencia perjudicial sobre ellos
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