Página 418 - El Hogar Cristiano (2007)

Basic HTML Version

414
El Hogar Cristiano
Programa bendecido por Dios
—Debemos enseñar a los jó-
venes que ejerciten por igual las facultades mentales y físicas. El
ejercicio saludable de todo el ser dará una educación amplia y abar-
cante.
Nos tocó hacer una obra austera en Australia para educar al
respecto a los padres y a los alumnos; pero perseveramos en nuestros
esfuerzos hasta que aprendieron la lección de que a fin de que los
alumnos obtengan una educación completa, su tiempo debe dividirse
entre la adquisición del saber por los libros y la del conocimiento de
un trabajo práctico.
Se dedicaba al trabajo útil una parte de cada día, durante la cual
los alumnos aprendían a desmontar el suelo, a cultivarlo y a construir
casas, en vez de pasar ese tiempo jugando y procurando divertirse.
Y el Señor bendijo a los alumnos que dedicaron así su tiempo a
aprender lecciones de utilidad
Dios proveyó ocupaciones útiles para el desarrollo de la salud, y
ellas prepararán además a los alumnos para valerse a sí mismos y
para ayudar a otros
[462]
En vez de proveer diversiones que entretengan solamente, deben
ordenarse ejercicios que reporten algún bien
La actividad misionera es ejercicio ideal
—En nuestro mundo,
hay bastantes cosas necesarias y útiles que hacer para que el ejercicio
hecho por placer y diversión resulte casi completamente innecesario.
El cerebro, los huesos y los músculos adquirirán fuerza y solidez al
usarlos con un propósito, al dedicarlos a la reflexión útil y concen-
trada y a idear planes que desarrollen las facultades del intelecto y la
fuerza de los órganos físicos. Así se dará uso práctico a los talentos
otorgados por Dios, con los cuales se le puede glorificar
Al emplear los músculos y el cerebro que Dios les dió, los jóve-
nes tienen el deber de procurar siempre que hagan bien y sean útiles
a otros, aliviando sus labores, consolando a los tristes, alentando a
los desanimados y desesperados y desviando a los alumnos de las
bromas y diversiones que con frecuencia rebajan su dignidad y los
hunden en la vergüenza y deshonra. El Señor quiere que la mente se
eleve y procure cauces de utilidad más elevados y nobles
La misma facultad de ejercitar el intelecto y los músculos podría
sugerir métodos y medios de practicar una clase superior de ejerci-
cio en el cumplimiento de trabajo misionero que los haga colaborar