Capítulo 11—“Id por todo el mundo”
En la actualidad, la palabra “misionero” ha sido mayormente
reemplazada por expresiones tales como “obrero interdivisión” u
“obrero de ultramar”. En las declaraciones que siguen, la palabra
“misionero” se refiere a todos los que hablan a otros acerca de
Jesús y de su amor, ya sea que trabajen en lugares lejanos o en su
propia comunidad.
Las mujeres deben ser educadas para realizar obra misio-
nera
—Es trabajo duro desarraigar el error y la falsa doctrina de
la mente para que la verdad bíblica encuentre lugar en el corazón.
Y los colegios fueron el medio ordenado por Dios para educar a
los jóvenes y señoritas en las diferentes líneas de labor misionera.
Era la voluntad de Dios que se enviara, no a unos pocos, sino a
muchos obreros. Pero Satanás, deseoso de perjudicar este propósito,
ha conquistado a muchos de aquellos a quienes Dios podría haber
calificado para ser de utilidad en su obra. Sin embargo hay muchos
que si fueran urgidos a hacerlo, prestarían su servicio y salvarían sus
almas. La iglesia debe ser cuidadosa de no impedir que la luz de la
verdad brille y que la gracia de Dios fluya, por tener planes limitados.
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El dinero y la influencia debieran ser empleados con liberalidad para
enviar personas competentes al campo misionero.—
The Review and
Herald, 17 de julio de 1883
.
Hay que preparar a mujeres de diversas nacionalidades—Se están
estableciendo muchas misiones, y si la juventud experimentara el
poder convertidor de la verdad, muchos se alistarían en las filas de
los obreros. Si desde el principio de su experiencia religiosa
hubiesen sido educados a ser fieles a la verdad; a ser fervientes en
piedad y compasión, y a tener el deseo que Cristo tiene por la
salvación de las almas, tendríamos centenares de misioneros donde
ahora hay solo uno. Cada misión debiera contar con un colegio para
la educación de los obreros. Deberían conseguirse los mejores
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