Los deberes prácticos de la vida
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de las labores domésticas. Cada señorita debiera ser educada de tal
manera que si fuera llamada a cumplir la posición de esposa y madre,
estará en condiciones de presidir como una reina en sus dominios.
Debiera ser plenamente competente para instruir a sus hijos y dirigir
a los sirvientes, o a realizar las tareas con sus propias manos.
Toda mujer necesita conocer los mecanismos del cuerpo hu-
mano, y los principios de higiene, de dieta y vestimenta, de trabajo
y recreación, y de muchos otros que están íntimamente ligados al
bienestar de la familia. Es su derecho obtener un conocimiento de
los mejores métodos de tratar la enfermedad para poder atender a
sus hijos enfermos, en lugar de dejar sus preciosos tesoros en manos
de enfermeras y médicos desconocidos.
La idea de que la ignorancia en las labores útiles es una ca-
racterística esencial de una verdadera dama o de un caballero, es
contraria al plan de Dios para la creación del hombre. La ociosidad
es un pecado, y la ignorancia de los deberes comunes de la vida es
el resultado de una insensatez que después producirá amplia ocasión
para arrepentirse amargamente.—
The Signs of the Times, 1 de junio
de 1877
.
El valor de la educación práctica
¿Por qué trabajar antes de jugar?
Mi madre me enseñó a
trabajar. Acostumbraba a preguntarle: “¿Por qué siempre debo tra-
bajar tanto antes de jugar?” “Es para educar y enseñar tu mente
para el trabajo útil, y otra cosa más: para mantenerte alejada de las
travesuras. Cuando seas grande me agradecerás por ello”. Cuando
una de mis nenas [una nieta] me dijo: “¿Por qué debo tejer? Las
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abuelas tejen”, yo le repliqué: “¿Quieres decirme cómo aprendieron
a tejer las abuelas?” “Pues”, dijo ella, “comenzaron cuando eran
niñitas”.—
Conducción del Niño, 114-115 (1887)
.
Las jóvenes deben ser preparadas para sostenerse
—Muchos
que consideran necesario que al hijo varón se le enseñe cómo soste-
nerse en el futuro, consideran totalmente opcional [...] el educar a
una hija para sostenerse a sí misma. En la escuela hay pocas posibi-
lidades de aprender una profesión que les permita ganarse el pan de
cada día. Y si no reciben instrucción en el hogar con respecto a los