Los deberes prácticos de la vida
215
cada precioso rayo de luz que se les brinda, pronto se tornan indife-
rentes y despreciativos; y por no valorar sus bendiciones presentes
no recibirán nuevas bendiciones. Nuestras energías físicas son un
[212]
talento de Dios y deben ser usadas para su gloria. Nuestra influencia
también pertenece a Dios y debe ser reconocida y empleada para su
servicio. Dios pide que hagamos lo mejor para él.—
Carta 5, 1884
.
[213]