Página 263 - Hijas de Dios (2008)

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Apéndice d—El uso del diezmo
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El Señor considera el diezmo como propio, para ser usado con
cierto propósito. Es algo fácil, en lugar de practicar el renuncia-
miento que debiéramos para ayudar a los estudiantes, o para asuntos
temporales tales como la compra de equipos para la iglesia, lo cual
es necesario, meter la mano en la porción consagrada del Señor que
solo debe usarse para sostener a los ministros en nuevos lugares
y en otras partes. Pero esto no debe hacerse, ni debe tratarse a los
ministros en forma mezquina; porque todos los inconvenientes con
los que tienen que luchar los obreros en nuevos campos deben ser
tomados en consideración. Además, el costo de vida es mayor en
ciertos lugares que en otros.
Se debiera considerar especialmente a aquellos obreros ubicados
en lugares donde la fruta es escasa, porque ellos podrían vivir mucho
más económicamente si pudieran recoger su propia fruta. Cuando
los obreros son enviados a lugares donde necesitan privarse de casi
todo debido al costo, esto debiera tomarse en consideración. El costo
extra de los productos debiera cubrirse sin que el obrero tenga que
usar de su salario para hacerlo. Aquellos que trabajan en lugares
donde hay abundancia de todo, debieran compartir su prosperidad
con aquellos que deben privarse precisamente de las cosas que ellos
gozan en abundancia en el lugar donde están ubicados.
Seríamos de pensamiento muy limitado y egoísta si no nos dié-
ramos cuenta de la clase de enemigo contra el cual debemos luchar.
Yo misma voy a hacer algo para ayudar al Hno. Robert Hare. Quiero
ayudarle a superar su falta de fruta. Voy a conseguir unos cien kilos
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de uvas y voy a hacer jalea para que tenga algo que untar sobre
el pan. Otros pueden hacer alguna otra cosa, aunque sea pequeña, y
enviársela al Hno. Hare. Cuando usted visite el lugar, llévele algunas
cosas; y nosotros podemos enviar otras con anticipación para que
usted pueda llevarlas. Debiéramos hacerlo como una ofrenda de
agradecimiento a Dios por permitirnos vivir en localidades donde
podemos obtener estas cosas y gozarlas. Pienso que el Señor nos va
a bendecir si hacemos esto.
Ahora, algo con relación a los estudiantes de nuestros colegios.
Es una buena idea ayudarlos; debemos hacerlo. Pero que Dios no per-
mita que en lugar de manifestar renunciamiento y sacrificio propio
para hacerlo, tomemos de la porción del Señor que él tiene reservada
para sostener a los obreros activos en el campo de labor y para los