Capítulo 4—El estudio de la Biblia y la oración son
esenciales
Todos los que quieran ser obreros eficientes deben dedicar mucho
tiempo a la oración. La comunicación entre Dios y el alma debe
mantenerse abierta, a fin de que los obreros puedan reconocer la
voz de su Capitán. Deben estudiar diligentemente la Biblia. La
verdad de Dios, como el oro, no está siempre directamente en la
superficie; se la puede hallar únicamente por ferviente meditación y
estudio. Este estudio no solo ayudará a almacenar en la mente el
conocimiento más valioso, sino que fortalecerá y ampliará las
facultades mentales, e inculcará una verdadera estimación de las
cosas eternas. Penetren los preceptos divinos en la vida diaria;
amóldese la vida de acuerdo con la gran norma divina de justicia, y
todo el carácter quedará fortalecido y ennoblecido.—
Obreros
Evangélicos, 79-80
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Estudiad la palabra
La Biblia, el gran libro de texto
—La Palabra es el gran libro
de texto para los alumnos de nuestras escuelas. La Biblia enseña toda
la voluntad de Dios concerniente a los hijos y las hijas de Adán. La
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Biblia es la norma de vida que nos describe el carácter que debemos
formar para la futura vida inmortal. Nuestra fe y nuestra práctica nos
hace epístolas vivientes, conocidas y leídas de todos los hombres.
La gente no necesita ser iluminada pobremente por la tradición y
las costumbres para comprender las Escrituras. Sería como si el sol
que brilla al mediodía, necesitase la luz de una antorcha en la tierra
para iluminar su gloria. Las fábulas y declaraciones de sacerdotes
y ministros no son necesarias para salvar al estudiante del error.
Consultad con el oráculo divino, y tendréis luz. En la Biblia, cada
deber se hace claro y cada lección comprensible. Capacita a los
hombres y los hace aptos para la vida eterna.
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