Página 102 - Hijas De Dios (1999)

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Hijas De Dios
Hijo de Dios, no vivió para sí mismo, sino para Dios.—
Manuscript
Releases 18:380 (1891)
.
Los cristianos son la mano ayudadora de Dios
—Las prome-
sas de Dios para los obedientes son “buenas nuevas de gran gozo”.
Alegran el alma humilde y contrita. La vida del verdadero cristiano
brilla con los rayos del Sol de justicia. Si los hombres y las mujeres
actuaran como la mano ayudadora de Dios, realizando actos de amor
y bondad, levantando a los oprimidos y rescatando a aquellos que
están por perecer, la gloria de Dios será su recompensa... Llamarían,
y el Señor respondería, “Heme aquí”. Se acercarían a Aquel que
ha prometido: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo”.
Mateo 28:20
.—
Manuscript Releases 16:73-74
(1901)
.
Damas que consagren su tiempo en el servicio a Dios
Aquellas damas que tienen voluntad de consagrar algo de su tiempo
para el servicio a Dios, debieran ser encargadas para visitar a los
enfermos, atender a los jóvenes, y ministrar a los pobres. Debieran
ser separadas para esta tarea por la oración y la imposición de ma-
nos
En algunos casos necesitarán el consejo de los dirigentes de
la iglesia o del pastor. Pero si son mujeres consagradas que mantie-
nen una comunión vital con Dios, serán un poder para el bien en la
iglesia. Este es otro medio para fortalecer y hacer crecer la iglesia.
Necesitamos agregar nuevos métodos de labor. Ningún alma debiera
ser desanimada; ninguna mano atada; ninguna voz silenciada. Per-
mitamos que cada labor personal, hecha en privado o en público,
ayude en hacer avanzar esta gran obra. Coloquemos cargas sobre
los hombres y mujeres de la iglesia, para que al ejercitarse, puedan
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crecer y llegar a ser agentes efectivos en las manos de Dios para
iluminar a los que están en tinieblas.—
The Review and Herald, 9 de
julio de 1895
.
No es la elocuencia lo que hace la obra aceptable
—Dios quie-
re que los obreros lleven la verdad a todas las clases sociales: altas y
bajas, ricas y pobres. Y en esta obra, la mujer puede tener una parte
importante. Dios permita que los que leen estas palabras puedan
hacer un esfuerzo ferviente para abrir las puertas a mujeres consagra-
das para que puedan entrar en este campo de acción. Aquellas que
durante su vida no han entrado en contacto con las clases elevadas,
no piensen que será imposible hacerlo. No es la elocuencia lo que