Página 109 - Hijas De Dios (1999)

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“El obrero es digno de su salario”
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la carpa aquí en Newcastle, no había un solo guardador del sábado.
Desde entonces, miles han tenido la oportunidad de escuchar la
verdad, y sabemos que muchos de ellos la escucharon con alegría.
Parecían estar hambrientos por la verdad.
Simultáneamente con las reuniones para adultos, resolvimos
tener reuniones para niños. Fueron elegidos los mejores maestros.
Durante la semana teníamos entre cien y ciento veinte niños; en los
sábados y domingos asistían entre trescientos y cuatrocientos. Les
fueron dadas preciosas lecciones del amor de Cristo y de su voluntad
de salvar a todos los que se allegan a él. Los niños se comportaban
bien, y cuando volvían a sus hogares les contaban a sus padres acerca
de las lecciones que habían recibido. Algunos de estos padres han
aceptado la verdad.
Hemos continuado con las reuniones en carpa aquí en Newcastle,
después que terminaron las reuniones evangelizadoras. Treinta y
cinco almas se convirtieron y fueron bautizadas, y quedan muchas
más interesadas. Se han producido conversiones extraordinarias
entre hombres que no habían asistido a una reunión religiosa en carpa
por años. Fumadores y bebedores que se vieron como transgresores
de la ley en el espejo del Evangelio, se han arrepentido y aceptado a
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Cristo como su Salvador personal. Los ministros están asombrados
al ver a estos hombres fumadores y bebedores, dejar de fumar y de
beber y convertirse. Les parece un verdadero milagro.
Se ha alquilado una casa donde viven los pastores y sus esposas,
y aquellos que están siendo entrenados para dar estudios bíblicos
casa por casa. Se le pide a la gente que invite a sus amigos y vecinos
a estas reuniones, y se les da oportunidad de hacer preguntas acerca
de las lecciones presentadas. Hay ocasiones en que se manifiesta
un profundo interés. Tengo una gran confianza en este método de
labor. Estos obreros que están pescando y cazando las almas de los
hombres y mujeres, trabajan arduamente desde la mañana hasta la
noche; a menudo no terminan sus visitas antes de las diez de la
noche.
Ahora se ha comenzado a trabajar en la localidad de Wallsend,
un suburbio de Newcastle ubicado a unos quince kilómetros, y en
Maitland, que está a treinta kilómetros de Newcastle. Este es un
campo grande de labor y emplearemos obreros de tiempo completo
para hacer la tarea. El pastor Haskell y su esposa están ahora tra-