Página 113 - Hijas De Dios (1999)

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“El obrero es digno de su salario”
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nuestros hermanos no podrían enfrentar. Necesitamos obreras para
que trabajen en relación con sus esposos, y debiéramos animar a
las que desean dedicarse a este ramo del esfuerzo misionero.—
El
Evangelismo, 358-359 (1909)
.
El trabajo de la mujer debe recibir su justa remuneración
Si una mujer es llamada por el Señor a realizar cierta tarea,
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ese trabajo debiera ser estimado de acuerdo a su justo valor. Algu-
nos pueden pensar que es una buena política permitir que algunas
personas dediquen su tiempo y energías a un trabajo sin recibir re-
muneración. Pero el Señor no aprueba tales arreglos. Cuando debido
a la escasez de medios sea necesario mostrar renunciamiento, que la
carga no sea distribuida sobre unos pocos. Todos debemos unirnos
en hacer sacrificios.—
Testimonies for the Church 7:207-208 (1902)
.
No sólo las mujeres deben sacrificarse
—En nuestro mundo
debe llevarse a cabo una gran obra, y en ésta debe emplearse todo
talento de acuerdo con los principios de justicia. Si el Señor designa a
una mujer para que lleve a cabo cierta obra, su trabajo debe estimarse
de acuerdo con su valor. Cada obrero debe recibir su justa paga.—
El
Evangelismo, 359 (1898)
.
Las mujeres que hacen obra evangélica deben recibir pago
Se me solicitó que visitara Melbourne antes de que se desarmara la
carpa, pero debido al calor reinante no fue un pedido muy urgente.
El pastor Robinson pensaba que yo debía dar mi testimonio; que se
lo necesitaba grandemente. El y su esposa fueron dejados con toda la
responsabilidad del trabajo. Debían conducir la Misión, dar estudios
bíblicos, y entrenar a varios jóvenes y señoritas como obreros. Su
trabajo ha sido pesado. La hermana Robinson empleó a una joven
para hacer las tareas de su hogar, y ella está haciendo el trabajo de
un ministro. Estas mujeres no han recibido paga, pero esto debe
cambiar a su debido tiempo. La causa está siendo restringida por
falta de medios.—
Manuscript Releases 12:160 (1898)
.
El diezmo debe ser usado en obra ministerial hecha por
hombres o mujere
Se necesita a las mujeres tanto como los
hombres en la obra que debe ser hecha. Las mujeres que se dedican
al servicio de Dios; que realizan trabajo casa por casa para la salva-
ción de otros; que hacen una tarea tanto o más agotadora que pararse
frente a la congregación, debieran recibir una remuneración por su
labor. Si el hombre es digno de su salario, también lo es la mujer.