Página 142 - Hijas De Dios (1999)

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Capítulo 12—El respeto propio
Amar a otros como a uno mismo
Muchas mujeres tienen conflictos en relación a su dignidad y
valor a la vista de Dios. Aunque no todas las declaraciones que
siguen pueden haber sido dirigidas específicamente a la mujer, sus
principios se pueden aplicar para tener una comprensión más clara
de la forma en que Dios ve a la mujer como su criatura, y cómo
debiera verse ella misma en relación con sus semejantes.
Respeto por las almas perdidas
—El éxito que podamos tener
en hacer el bien a otras almas, dependerá de la comprensión que
éstas tengan acerca del amor y el aprecio que sentimos por ellas. El
medio seguro que Cristo utiliza para restaurar la dignidad perdida
del hombre, es mostrar respeto por el alma abrumada. El compartir
ideas sobre lo que esa alma puede llegar a ser, es de más valor de lo
que se cree.—
Fundamentals of Christian Education, 281 (1893)
.
Respeto por nosotros mismos
—El Señor ha puesto en cada
uno de nosotros un sentimiento de dignidad al que no debemos
oponernos. Dios quiere que nos respetemos a nosotros mismos. A
menudo en nuestras propias familias y en la iglesia se intenta des-
truir el respeto propio. No lo hagamos. No lo hagamos en nuestras
escuelas ni en nuestras oficinas. Todas estas instituciones son de na-
turaleza educativa. Tanto los estudiantes como los obreros seguirán
el ejemplo de aquellos que tienen responsabilidad sobre ellos. El
maestro es un modelo para los estudiantes; si él quiere que los jóve-
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nes lo respeten, debe respetarlos a ellos.—
The General Conference
Bulletin, 25 de abril de 1901
.
No agrada a Dios el que uno mismo se desmerezca
—Es el
privilegio de cada uno vivir de una manera que Dios pueda aprobar
y bendecir. Cada uno puede estar en comunión con el cielo. No
es la voluntad del Padre celestial que se cultiven sentimientos de
condenación y obscuridad. No agrada a Dios que uno mismo se
desmerezca. Se debe, en cambio, cultivar el respeto propio y vivir
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