Página 151 - Hijas De Dios (1999)

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La influencia de la mujer cristiana
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religión de Jesucristo primero es pura, luego pacífica, llena de frutos
de justicia. Muchos, especialmente mujeres, han caído en el triste
error de esta era degenerada; les gusta demasiado el sexo opuesto.
Les encanta su sociedad. Sus atenciones las adulan y animan, o
permiten familiaridades que no están de acuerdo con la exhortación
del apóstol, “Absteneos de toda especie de mal”.
1 Tesalonicenses
5:22
.—
The Review and Herald, 12 de marzo de 1872
.
No hay tiempo para impulsos corruptos
—Nuestro tiempo de
prueba se acorta según las más favorables condiciones e interpreta-
ciones. No tenemos tiempo para gastar en la indulgencia de impulsos
corruptos. La familiaridad de hombres casados con mujeres casadas
y jóvenes es ofensiva a la vista de Dios y los ángeles santos. El des-
caro de las mujeres que buscan la compañía de varones, rondando
en torno al lugar donde ellos trabajan, buscándoles conversación,
hablando de cosas vulgares, ociosas, rebaja su femineidad y su es-
tima aun ante quienes ellas desean tentar.—
Testimonio acerca de
Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio, 274-275 (1888)
.
El uso correcto de los talentos
—No todos tienen la misma
obra que hacer. Cada uno tiene una obra de carácter individual que
realizar. Sin embargo, a pesar de las variadas tareas debe existir
una hermosa armonía que nos permita trabajar en perfecta unidad.
Nuestro Padre celestial no requiere de aquel a quien ha dado un
talento que presente cinco. Pero si el que tiene un talento lo usa
sabiamente, pronto se multiplicará, incrementando así el poder de
su influencia y su esfera de utilidad. Si la mujer pone los talentos
que Dios le ha dado a su mejor uso, su individualidad podrá ser
preservada, y a la vez cumplirá una parte importante de la obra de
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reforma que es tan necesaria.
Si la mujer incrementa el uso de su tiempo y facultades confiando
en la fuerza y la sabiduría que Dios puede darle, puede estar en pie
de igualdad con su esposo y actuar como consejera, compañera y
colaboradora, sin perder su modestia y gracia femenina. Al elevar su
propio carácter, estará elevando y ennobleciendo los caracteres de su
propia familia, e incoscientemente estará ejerciendo una poderosa
influencia sobre todos los que la rodean.—
The Health Reformer, 1
de junio de 1880
.
Alcanzar un pleno desarrollo
—¿Por qué las mujeres no culti-
van su intelecto? ¿Por qué no habrán de aceptar el propósito de Dios