Página 250 - Hijas De Dios (1999)

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Hijas De Dios
La juventud debiera animarse a asistir a los colegios donde se
ofrece entrenamiento para los obreros cristianos, instituciones que
debieran parecerse más y más a las escuelas de los profetas. Estos
colegios han sido establecidos por el Señor, y si son conducidos de
acuerdo con sus propósitos, la juventud estará rápidamente preparada
para entrar en las varias líneas de trabajo misionero. Algunos podrán
entrar a la obra misionera como enfermeros, otros como colportores
y otros como ministros del Evangelio”.—
Testimonies for the Church
8:229-230
.
6. Elena G. de White hizo dos declaraciones acerca de su propio
llamado como mensajera del Señor. Ella escribió:
“A la edad de 78 años todavía continúo trabajando. Todos esta-
mos en las manos del Señor. Yo confío en él porque sé que nunca
dejará ni abandonará a aquel que pone su confianza en él. Por eso
me he puesto bajo su cuidado.
Y doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor,
porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio”.—
The Review
and Herald, 26 de julio de 1906
.
“Dios me ordenó como su mensajera en la ciudad de Portland, y
allí comenzaron mis primeras labores en la verdad presente”.—
The
Review and Herald, 18 de mayo de 1911
.
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Debiera recordarse que Elena G. de White recibió su primera
visión en Portland, Maine, en diciembre de 1844. Poco después el
Señor le pidió que compartiera con otros lo que había visto.
7. Elena G. de White no estuvo envuelta en los movimientos por
los derechos de la mujer. Cuando se le urgió a unirse en la cruzada
por el voto de la mujer, declinó la invitación. En esa ocasión le
escribió a su esposo lo siguiente:
“Visité a la Sra. Graves. Ella tiene una carga sobre su mente y
desde que supo que yo estaba en casa había estado intentando verme.
Me dijo que creía que debía compartir sus sentimientos conmigo.
Deseaba que yo considerara el asunto del voto de las mujeres. Ella
dice que las mujeres deberían votar, porque se están legalizando
cosas de carácter alarmante en Francia y en San Luis, y que se
hizo un esfuerzo en Chicago por legalizarlas, pero fracasó. Se están
legalizando casas de mala fama; y las mujeres que andan solas en
esas ciudades, si se sospecha que pueden ser mujeres de la vida,
las autoridades estudian su caso. Si están enfermas, son puestas al