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Hijas De Dios
lación al trabajo de las doctoras en nuestros sanatorios. Es el plan
del Señor que los hombres se entrenen para tratar a los hombres y
las mujeres a las mujeres. Con relación a los aspectos propios de la
mujer, las parteras pueden asumir la responsabilidad. En tiempos bí-
blicos no se consideraba apropiado que los hombres actuaran en esa
línea, y la voluntad de Dios sigue siendo la misma para el presente.
Mucho mal ha resultado de la práctica en la que los hombres tratan
a las mujeres, y las mujeres a los hombres. Es una práctica de origen
humano, y no está de acuerdo con el plan divino. Este mal ha estado
avanzando por mucho tiempo, pero ahora debemos levantar nuestra
voz en protesta por aquello que desagrada a Dios.—
The Purchase
of Land at Loma Linda and Letters from Mrs. E. G. White, 15-16
(1911)
.
Dra. Paciencia Bourdeau
La Dra. Paciencia Bourdeau era la hija del pastor D. T. Bourdeau.
En el tiempo en que esta carta fue escrita, ella dirigía su propio
sanatorio en Grand Rapids, Míchigan, EUA. También actuó como
directora del departamento médico de la Asociación del Oeste de
Míchigan. Posteriormente se casó, y fue conocida como la Dra.
Bourdeau Sisco.
[101]
Querida Hna. Paciencia: He tenido una larga conversación con
mi hijo, Guillermo White, acerca de la mejor forma de conducir el
Sanatorio de Washington, DC. Le mencioné que había tenido una
conversación con su padre acerca de la posibilidad de que usted
se conectara con el trabajo de dicho sanatorio. Hay una necesidad
imperiosa de contar con una doctora inmediatamente. La experiencia
que hemos tenido en estos últimos días nos ha hecho decidir que
debemos buscar una doctora capaz, que pueda ser la partera del
sanatorio, atender a las pacientes, y dar la debida instrucción a las
enfermeras. Usted puede dar esta ayuda; las asistentes debieran ser
enseñadas a realizar su tarea con inteligencia.
He estado escribiendo mucho acerca de la práctica en la que los
caballeros dan tratamientos íntimos a las damas. La luz que me ha
sido dada es que esta práctica generalizada no es buena, y que puede
tener serias y fatales consecuencias. He estado dando instrucción so-