Página 106 - La Historia de la Redenci

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La Historia de la Redención
“Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que
los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus
carros y en su caballería; y sabrán los egipcios que yo soy Jehová,
cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en sus gentes de
a caballo. Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de
Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de
nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas, e
iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel;
y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche,
y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros”.
Los egipcios no podían ver a los hebreos, porque una nube de
espesas tinieblas se extendía ante ellos, pero era plenamente lumi-
nosa para los israelitas. Así manifestó Dios su poder para probar a
su pueblo, para ver si confiaba en él después de darle tales pruebas
de su cuidado y su amor, y para reprender su incredulidad y su mur-
muración. “Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová
que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y
volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. Entonces los
hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las
aguas como un muro a su derecha y a su izquierda”. Las aguas se
elevaron y permanecieron a ambos lados, cual muros congelados,
mientras Israel caminaba en medio del mar sobre tierra seca.
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El ejército egipcio se vanaglorió toda la noche de que los hijos
de Israel estarían nuevamente en su poder. Creían que no tenían
posibilidad de escapar, porque delante de ellos se extendía el Mar
Rojo, y su gran ejército los cercaba por detrás. Por la mañana, cuando
llegaron al mar, he aquí que había un camino seco porque las aguas
se habían dividido y parecían muros a ambos lados, y los hijos de
Israel estaban a mitad de camino en medio del mar, caminando sobre
tierra seca. Esperaron un instante para decidir cuál sería el mejor
camino que podían seguir. Estaban chasqueados y airados porque
cuando los hebreos se encontraban casi en su poder, y ellos estaban
seguros de tenerlos en sus manos, un camino inesperado se había
abierto para ellos en el mar. Decidieron, pues, seguirlos.
“Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad
del mar, toda la caballería de Faraón, los carros y su gente de a
caballo. Aconteció en la vigilia de la mañana, que Jehová miró el
campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y