Página 129 - La Historia de la Redenci

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El santuario terrenal
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dicaciones que había recibido de Dios, y verificó que cada porción
concordara con el modelo; y bendijo al pueblo.
El Señor dio un modelo del arca a Moisés, con indicaciones
especiales en cuanto a cómo hacerla. Esta debía contener las tablas
de la ley, sobre las cuales Dios mismo había grabado con su propio
dedo los Diez Mandamientos. Parecía un baúl, y estaba revestida de
oro puro por dentro y por fuera. Tenía un adorno semejante a una
corona de oro alrededor de su parte superior. La tapa de esta arca
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era el propiciatorio, hecha de oro macizo. En cada extremo de éste
había un querubín labrado en oro puro y macizo. Sus rostros estaban
dirigidos el uno frente al del otro, y contemplaban con reverencia
hacia abajo en dirección del propiciatorio, para representar a todos
los ángeles celestiales que contemplan con interés y reverencia la ley
depositada en el arca del santuario celestial. Estos querubines tenían
alas. Una de ellas se extendía hacia lo alto, mientras la otra cubría su
cuerpo. Esto ocurría con cada ángel. El arca del santuario terrenal
era una réplica de la verdadera arca del cielo. Allí, al lado del arca
celestial, se mantienen de pie los ángeles vivientes, a cada extremo
del arca, cada uno de los cuales cubre el propiciatorio con una de
sus alas, elevándolas hacia lo alto, mientras con la otra cubren sus
cuerpos en señal de reverencia y humildad.
Se pidió a Moisés que colocara en el arca terrenal las tablas de
piedra. Se las llamó tablas del testimonio; y el arca recibió el nombre
de arca del testimonio, porque contenían el testimonio de Dios en
los Diez Mandamientos.
Los dos compartimientos
El tabernáculo estaba constituido por dos compartimientos se-
parados por una cortina o velo. Todos los muebles del tabernáculo
estaban hechos de oro macizo, o revestidos de oro. Las cortinas del
tabernáculo ofrecían una variedad de colores, combinados en forma
sumamente bella, y en esas cortinas había querubines bordados con
hilos de oro y plata, para representar a la hueste angélica que está
relacionada con la obra del santuario celestial y que son ángeles que
ministran en favor de los santos que se encuentran en la tierra.
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Detrás del segundo velo estaba el arca del testimonio, y una
hermosa y rica cortina se extendía delante de ella. Esta cortina