Página 141 - La Historia de la Redenci

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El pecado de Moisés
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En este caso particular Moisés había permitido que el pueblo
albergara la impresión de que él había sacado agua de la roca, cuando
debiera haber dado gloria al nombre del Señor ante su pueblo. Dios
iba a zanjar entonces el asunto con su pueblo manifestando que
Moisés era solamente un hombre, que seguía la dirección de Alguien
más poderoso que él, es a saber, el Hijo de Dios. En este sentido los
iba a dejar sin duda alguna. Cuando se da mucho, se requiere mucho.
Moisés había sido sumamente favorecido con visiones especiales de
la majestad de Dios. Se le había impartido en suma abundancia la
luz y la gloria del Señor. Su rostro había reflejado sobre el pueblo
la gloria que el Altísimo había permitido que resplandeciera sobre
él. Todos serán juzgados de acuerdo con los privilegios que hayan
tenido, y la luz y los beneficios que hayan recibido.
Los pecados de hombres buenos, cuyo comportamiento general
ha sido digno de imitación, resultan especialmente ofensivos para
Dios. Permiten que Satanás triunfe, que perturbe a los ángeles de
Dios con los fracasos de sus instrumentos elegidos, y da a los impíos
ocasión de manifestar arrogancia delante de Dios. El Señor mismo
había guiado a Moisés de una manera especial, y le había revelado
su gloria como no lo había hecho con nadie sobre la tierra. Era
naturalmente impaciente, pero se había aferrado firmemente de la
gracia de Dios y había implorado con humildad sabiduría del cielo
para ser fortalecido por el Señor y vencer así su impaciencia, al punto
que Dios se refirió a él diciendo que era el hombre más manso que
podría encontrarse sobre la faz de toda la tierra.
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Aarón falleció en el monte Hor, porque el Señor había dicho que
no entraría en la tierra prometida, porque como Moisés había pecado
cuando salió agua de la roca en Meriba. Moisés y los hijos de Aarón
lo sepultaron en el monte, para que la gente no cediera a la tentación
de llevar a cabo una gran ceremonia en torno de su cuerpo, y cayera
así en el pecado de la idolatría.
[174]