Página 230 - La Historia de la Redenci

Basic HTML Version

Capítulo 39—El ministerio de Pedro
Este capítulo está basado en Hechos 9:32 a 11:18.
Pedro, al proseguir sus tareas, visitó a los santos de Lida. Allí
curó a Eneas, que había quedado confinado en su lecho por ocho
años por causa de una parálisis. “Eneas, Jesucristo te sana; levántate,
y haz tu cama. Y en seguida se levantó. Y le vieron todos los que
habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor”.
Jope estaba cerca de Lida, y en ese entonces Tabita -la traducción
de cuyo nombre es Dorcasyacía allí muerta. Había sido una digna
discípula de Jesucristo, y su vida se había caracterizado por actos de
caridad y bondad en favor de los pobres y de los dolientes, y por su
celo en la causa de la verdad. Su muerte constituía una gran pérdida.
La iglesia naciente no podía prescindir de sus nobles esfuerzos.
Cuando los creyentes se enteraron de las maravillosas curaciones
efectuadas por Pedro en Lida, manifestaron su intenso deseo de que
viniera a Jope. Se enviaron mensajeros para solicitar su presencia
allí.
“Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó,
le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y
mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba
con ellas”. Pedro solicitó que sus amigas, que lloraban y clamaban,
salieran de la habitación. Se arrodilló entonces y oró fervientemente
[295]
a Dios para que restaurara la vida y la salud al cuerpo inerte de
Dorcas; “y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella
abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. Y él, dándole la mano,
la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó
viva”. Esta gran obra de traer a la vida a esta muerta fue el medio
por el cual muchos se convirtieron en Jope a la fe de Cristo.
El centurión
“Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de
la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con
226