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La Historia de la Redención
las profecías para tener más luz. El testimonio de la Biblia en apoyo
de su posición, parecía claro y concluyente. Ciertas señales que no
se podían interpretar mal indicaban que la venida de Cristo estaba
cerca. Los creyentes no podían explicar su desilusión; no obstante,
se sentían seguros de que Dios los había conducido en su experiencia
pasada.
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Su fe se fortaleció muchísimo mediante la aplicación directa
y poderosa de los pasajes que indicaban que habría un período de
tardanza. Ya en 1842 el Espíritu de Dios había inducido a Carlos
Fitch a preparar un diagrama profético, lo que fue generalmente
considerado por los adventistas como el cumplimiento de la orden
dada al profeta Habacuc de escribir la visión y declararla por medio
de tablas. Sin embargo, nadie vio en ese entonces la tardanza que se
presentaba en la misma profecía. Después de la desilusión resultó
claro el significado completo de ese texto. Esto es lo que dice el
profeta: “Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra
el que leyere en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo,
mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo,
porque sin duda vendrá, no tardará”.
Habacuc 2:2, 3
.
Los que esperaban se regocijaron porque Quien conoce el fin
desde el principio había proyectado su mirada a través de las edades
y, previendo su desilusión, les había dado palabras de ánimo y espe-
ranza. Si no hubiera sido por tales porciones de la Escritura, que les
mostraban que estaban en el buen camino, su fe habría fallado en
esa hora de prueba.
En la parábola de las diez vírgenes de
Mateo 25
se ilustra la
experiencia de los adventistas mediante los incidentes de una boda
oriental. “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez
vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo”. “Y
tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron”.
Vers. 1, 5
.
El vasto movimiento que se produjo como resultado de la procla-
mación del primer mensaje correspondió a la salida de las vírgenes,
mientras que el tiempo de espera, la desilusión y la demora estaban
representados por la tardanza del novio. Después que pasó la fecha
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señalada los verdaderos creyentes seguían unidos en su creencia
de que el fin de todas las cosas estaba a las puertas; pero pronto se
hizo evidente que estaban perdiendo de alguna manera su celo y su