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La Historia de la Redención
deidades paganas. Si siempre se hubiera guardado el sábado, los
pensamientos y los afectos del hombre se hubieran dirigido a su
Hacedor como objeto de reverencia y adoración, y nunca habría
existido ni un idólatra, ni un ateo ni un infiel.
Esta institución, que señala a Dios como el Creador, es una señal
de su legítima autoridad sobre los seres que creó. El traslado del
día de reposo del sábado al domingo es la señal o la marca de la
autoridad de la Iglesia Romana. Los que, cuando comprenden los
requerimientos del cuarto mandamiento deciden observar el falso
día de reposo en lugar del verdadero, están de esa manera rindiendo
homenaje al único poder que lo autoriza.
Un solemne mensaje
La más temible amenaza jamás dirigida a los mortales está con-
tenida en el mensaje del tercer ángel. Debe ser un pecado terrible el
que acarrea la ira de Dios sin mezcla de misericordia. No se debe
dejar en tinieblas a los hombres con respecto a este importante asun-
to; la amonestación contra tal pecado debe darse al mundo antes de
la caída de los juicios de Dios, para que todos sepan por qué se los
inflige y tengan la oportunidad de escapar de ellos.
En el transcurso de esa gran controversia se desarrollan dos
clases de personas distintas y opuestas. Una “adora a la bestia y a su
imagen, y recibe la marca”, y por lo tanto acarrea sobre sí misma los
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terribles juicios anunciados por el tercer ángel. La otra, en marcado
contraste con el mundo, guarda “los mandamientos de Dios y la fe
de Jesús”.
Apocalipsis 14:9, 12
.
Esas fueron las trascendentales verdades que se abrieron ante los
ojos de los que recibieron el mensaje del tercer ángel. Al recapitular
su experiencia desde la primera proclamación del segundo adveni-
miento hasta que pasó el momento esperado en 1844, descubrieron
la explicación de su desilusión, y la esperanza y el gozo animaron
nuevamente sus corazones. La luz del santuario iluminó el pasado, el
presente y el futuro, y comprendieron que Dios los había conducido
mediante su infalible providencia. Entonces, con nuevo ánimo y
con fe más firme, se unieron para proclamar el mensaje del tercer
ángel. Desde 1844, en cumplimiento de la profecía contenida en ese
mensaje, la atención del mundo ha sido atraída al verdadero día de