Página 34 - La Historia de la Redenci

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Capítulo 4—La tentación y la caída
Este capítulo está basado en Génesis 3.
Satanás tomó la forma de una serpiente y entró en el Edén. Esta
era una hermosa criatura alada, y mientras volaba su aspecto era
resplandeciente, semejante al oro bruñido. No se arrastraba por el
suelo sino que se trasladaba por los aires de lugar en lugar, y comía
fruta como el hombre. Satanás se posesionó de la serpiente, se ubicó
en el árbol del conocimiento y comenzó a comer de su fruto con
despreocupación.
Eva, en un primer momento sin darse cuenta, se separó de su
esposo absorbida por sus ocupaciones. Cuando se percató del hecho,
tuvo la sensación de que estaba en peligro, pero nuevamente se sintió
segura, aunque no estuviera cerca de su esposo. Creía tener sabiduría
y fortaleza para reconocer el mal y enfrentarlo. Los ángeles le habían
advertido que no lo hiciera. Eva se encontró contemplando el fruto
del árbol prohibido con una mezcla de curiosidad y admiración. Vio
que el árbol era agradable y razonaba consigo misma acerca de por
qué Dios habría prohibido tan decididamente que comieran de su
fruto o lo tocaran. Esa era la oportunidad de Satanás. Se dirigió a ella
como si fuese capaz de adivinar sus pensamientos: “¿Conque Dios
os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” Así, con palabras
suaves y agradables, y con voz melodiosa, se dirigió a la maravillada
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Eva, que se sintió sorprendida al verificar que la serpiente hablaba.
Esta alabó la belleza y el extraordinario encanto de Eva, lo que no
le resultó desagradable. Pero estaba sorprendida, porque sabía que
Dios no había conferido a la serpiente la facultad de hablar.
La curiosidad de Eva se había despertado. En vez de huir de ese
lugar, se quedó allí para escuchar hablar a la serpiente. No cruzó
por su mente la posibilidad de que el enemigo caído utilizara a ésta
como un
médium
. Era Satanás quien hablaba, no la serpiente. Eva
estaba encantada, halagada, infatuada. Si se hubiera encontrado con
un personaje imponente, que hubiera tenido la forma de los ángeles
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