Página 42 - La Historia de la Redenci

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Capítulo 5—El plan de salvación
El cielo se llenó de pesar cuando todos se dieron cuenta de
que el hombre estaba perdido y que el mundo creado por Dios se
llenaría de mortales condenados a la miseria, la enfermedad y la
muerte, y que no había vía de escape para el ofensor. Toda la familia
de Adán debía morir. Contemplé al amante Jesús y percibí una
expresión de simpatía y pesar en su rostro. Pronto lo vi aproximarse
al extraordinario y brillante resplandor que rodea al Altísimo. Mi
ángel acompañante dijo: “Está en íntima comunión con su Padre”.
La ansiedad de los ángeles parecía ser muy intensa mientras Jesús
estaba en comunión con Dios. Tres veces lo encerró el glorioso
resplandor que rodea al Padre, y cuando salió la tercera vez, se lo
pudo ver. Su rostro estaba calmado, libre de perplejidad y duda, y
resplandecía con una bondad y una amabilidad que las palabras no
pueden expresar.
Entonces informó a la hueste angélica que se había encontrado
una vía de escape para el hombre perdido. Les dijo que había supli-
cado a su Padre, y que había ofrecido su vida en rescate, para que la
sentencia de muerte recayera sobre él, para que por su intermedio
el hombre pudiera encontrar perdón; para que por los méritos de
su sangre, y como resultado de su obediencia a la ley de Dios, el
hombre pudiera gozar del favor del Señor, volver al hermoso jardín
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y comer del fruto del árbol de la vida.
En primera instancia los ángeles no se pudieron regocijar, porque
su Comandante no les ocultó nada, sino por el contrario abrió frente
a ellos el plan de salvación. Les dijo que se ubicaría entre la ira de
su Padre y el hombre culpable, que llevaría sobre sí la iniquidad y el
escarnio, y que pocos lo recibirían como Hijo de Dios. Casi todos lo
aborrecerían y lo rechazarían. Dejaría toda su gloria en el cielo, apa-
recería sobre la tierra como hombre, se humillaría como un hombre,
llegaría a conocer por experiencia propia las diversas tentaciones
que asediarían al hombre, para poder saber cómo socorrer a los que
fueran tentados; y que finalmente, después de cumplir su misión de
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