Página 95 - La Historia de la Redenci

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Los hijos de Israel
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hombre que Dios usaría para llevar a cabo esa tarea. Este creyó que
los hijos de Israel serían librados por medio de una guerra, y que él
se pondría al frente de la hueste hebrea para dirigir la batalla contra
los ejércitos de Egipto y librar a sus hermanos del yugo de opresión.
Al tener esto en vista Moisés dominaba sus afectos para que no lo
ligaran demasiado a su madre adoptiva y a Faraón, no fuera que
estos sentimientos le impidieran hacer la voluntad de Dios.
El Señor preservó a Moisés del daño que podrían haberle causado
las influencias corruptoras que lo rodeaban. Los principios de verdad
recibidos en su infancia por parte de sus padres piadosos nunca
cayeron en el olvido. Y cuando más necesitaba de protección de
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las influencias corruptoras de la vida de la corte, las lecciones de su
infancia rindieron su fruto. El temor de Dios estaba siempre delante
de él. Y tan grande era el amor por sus hermanos, y su respeto por
la fe hebrea, que nunca ocultó su parentesco ni siquiera por el honor
de ser considerado heredero de la familia real.
Cuando ya tenía cuarenta años, “salió a sus hermanos y los vio
en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los
hebreos, sus hermanos. Entonces miró a todas partes, y viendo que
no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al día
siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían; entonces dijo al que
maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo? Y él respondió:
¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas
matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y
dijo: Ciertamente esto ha sido descubierto. Oyendo Faraón acerca de
este hecho procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de
Faraón y habitó en la tierra de Madián”. El Señor dirigió su camino,
y encontró hogar en casa de Jetro, un hombre que adoraba a Dios.
Era pastor, y también sacerdote de Madián. Sus hijas pastoreaban su
ganado. Pero muy pronto las manadas de Jetro quedaron a cargo de
Moisés, quien se casó con una de las hijas de éste, y permaneció en
Madián durante cuarenta años.
Moisés se precipitó al matar al egipcio. Suponía que el pueblo de
Israel entendía que él había sido suscitado por la especial providencia
de Dios para librarlo. Pero el Señor no intentaba librar a los hijos
de Israel mediante el arte de la guerra, según creía Moisés, sino
mediante su propio poder, para que la gloria fuera solamente suya.
Dios usó, sin embargo, la acción de Moisés al dar muerte al egipcio
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