Página 101 - Liderazgo Cristiano (2003)

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Finanzas de la obra
Mayordomos fieles - La negligencia es un robo
—“Colaboren
con el Señor todos los que temen a Dios y sean fieles mayordomos.
La verdad debe ir a todas partes del mundo. Se me ha mostrado que
muchos en nuestras iglesias están robande a Dios en los diezmos y
las ofrendas. El Señor cumplirá en ellos lo que ha declarado. A los
obedientes dará ricas bendiciones; a los transgresores, maldición.
Todo hombre que lleva el mensaje de la verdad a nuestras iglesias
debe cumplir su deber de amonestar, educar y reprender. Todo des-
cuido del deber, que equivale a robar a Dios, implica maldición para
el culpable”.—
Testimonios para los Ministros, 306, 307
.
Fidelidad en los diezmos
—“Esto no lo pide un hombre; es
uno de los mandatos de Dios, por medio del cual se puede sostener
su obra y promover su progreso en el mundo. Dios nos ayude a
arrepentirnos. ‘Volveos a mí—dice él—, y yo me volveré a voso-
tros’.
Malaquías 3:7
. Los hombres que quieran cumplir su deber
lo encuentran expresado con toda claridad en este capítulo. Nadie
puede dar excusas para no devolver su diezmo y dar sus ofrendas al
Altísimo”.—
Testimonios para los Ministros, 307
.
No usurpar los recursos necesarios para la causa de Dios
“¿Ha habido algo de este tipo de regocijo entre los que ocupan
puestos de responsabilidad en la obra de Dios? Para ellos ha sido un
bochorno, y cuando vean lo ofensivo que es su curso de acción ante
Dios, se llenarán de vergüenza. La ira de Dios se manifiesta contra
los que se regocijan en robar a sus semejantes, los que usurpan
los medios que se deben emplear para adelantar la obra. El Señor
pregunta: ‘¿Quién dio esa autoridad a estos hombres?’ Han amado
más la causa de Dios los que fueron despojados que ellos mismos.
Han usado ingeniosamente un talento otorgado por Dios para ser
usado para su gloria, con el fin de dificultar la vida de los que, con
sinceridad y fervor, han tratado de cumplir la voluntad de Dios. En
todo esto han manifestado los atributos de Satanás”.
Carta 34, 1899,
p. 12
, (14 de febrero de 1899, a “Hermanos y hermanas”).
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