Página 26 - Liderazgo Cristiano (2003)

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Liderazgo Cristiano
mismo, sino permaneciendo donde está, y disminuyendo el mérito
de los esfuerzos ajenos...”.—
Joyas de los Testimonios 2:19
.
La envidia es hija del orgullo
—“Aunque Saúl estaba siempre
alerta y en busca de una oportunidad para matar a David, vivía te-
miéndole, en vista de que evidentemente el Señor estaba con él. El
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carácter intachable de David provocaba la ira del rey; consideraba
que la misma vida y presencia de David significaban un reproche
para él, puesto que dejaba a su propio carácter en contraste desven-
tajoso.
“La envidia hacía a Saúl desgraciado, y ponía en peligro al
humilde súbdito de su trono. ¡Cuánto daño indecible ha producido
en nuestro mundo este mal rasgo de carácter! Había en el corazón
de Saúl la misma enemistad que incitó el corazón de Caín contra
su hermano Abel, porque las obras de Abel eran justas, y Dios le
honraba, mientras que las de Caín eran malas, y el Señor no podía
bendecirle. La envidia es hija del orgullo, y si se la abriga en el
corazón, conducirá al odio, y eventualmente a la venganza y al
homicidio. Satanás ponía de manifiesto su propio carácter al excitar
la furia de Saúl contra aquel que jamás le había hecho daño”.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 705, 706
.
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