Habilidad
Cabezas serenas y buen sentido
—“Actualmente la causa de
Dios necesita hombres y mujeres que posean raras calificaciones y
buenas facultades de administración; hombres y mujeres que hagan
una investigación paciente y cabal de las necesidades de la obra en
los diversos campos; se necesita a quienes tengan una gran capaci-
dad para el trabajo; quienes posean corazones cálidos y bondadosos,
cabezas serenas, buen sentido y juzguen sin prejuicios; quienes estén
santificados por el Espíritu de Dios, y puedan decir intrépidamen-
te ‘No’, o ‘Sí’ y ‘Amen’ a las propuestas hechas; quienes tengan
fuertes convicciones, claro entendimiento y corazones puros, llenos
de simpatía; quienes practiquen las palabras: ‘Todos vosotros sois
hermanos’ (
Mateo 23:8
); quienes procuren elevar y restaurar a la
humanidad caída”.—
Obreros Evangélicos, 439
.
Inteligencia y habilidad
—“El hombre que está a la cabeza de
cualquier trabajo en la causa de Dios debe ser un hombre inteligente,
un hombre capaz de administrar con éxito grandes intereses, un
hombre de temperamento apacible, paciencia como la de Cristo y
perfecto dominio propio. Sólo quien tenga su corazon transformado
por la gracia de Cristo puede ser un dirigente adecuado”.—
Medical
Ministry, 164, 165
.
Tacto, diligencia, entusiasmo
—“Se necesita administradores
en cada ramo de la obra para que ésta pueda continuar con energía y
método. Si un hombre posee tacto, diligencia y entusiasmo, tendrá
éxito en los negocios temporales, y las mismas cualidades, consa-
gradas a la obra de Dios, demostrarán ser doblemente eficientes;
porque el poder divino estará combinado con el esfuerzo humano.
Los mejores planes, ya sea en asuntos temporales como espiritua-
les, evidenciarán fallas en su ejecución si se los confía a manos
inexpertas, incapaces”.—
Testimonies for the Church 5:276
.
Se exige habilidad evidente
—“Quienes han sido encargados
de la administración de los distritos más importantes deberían tener
notables habilidades. Deberían ser hombres capaces de llevar res-
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