Página 34 - Liderazgo Cristiano (2003)

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Liderazgo Cristiano
ponsabilidades. Sería bueno que varios hombres se hiciesen cargo
de ese trabajo. No se debería dejar a un solo hombre la supervisión
de esos importantes aunque descuidados campos. A pesar de los
testimonios en contra, nuestros pastores han hecho caso omiso y han
buscado lugares más favorables, donde ya hay iglesias establecidas.
[28]
Se ha hecho un trabajo indolente”.
Manuscrito 34, 1901, p. 3
, (20
de abril de 1901, “Nuestros obreros de edad”).
La responsabilidad del liderazgo no es un juego de niños
“La posición que ocupa mi esposo no es envidiable. Requiere el
cuidado y la atención más cuidadosa, y esfuerzo mental. Exige el
ejercicio de una sabiduría y un juicio sólidos. Demanda abnegación
propia, un corazón íntegro y una voluntad firme para hacer que las
cosas funcionen. En esa importante posición, Dios quiere tener a
un hombre que se aventure, que arriesgue algo; que se desplace
firmemente a favor de lo justo, sean cuales fueren las consecuencias;
que batalle contra los obstáculos y que nunca vacile, aunque en ello
le vaya la vida”.—
Testimonies for the Church 1:320
.
¿Y qué de nuestra propia habilidad para hacer algo?
—“La
atmósfera de la iglesia es tan frígida, su espíritu es de tal naturaleza,
que los hombres y las mujeres no pueden sostener o soportar el
ejemplo de la piedad primitiva nacida del cielo. El calor de su primer
amor está congelado, y a menos que sean bañados por el bautismo
del Espíritu Santo, su candelabro será quitado de su lugar, si no se
arrepienten y hacen las primeras obras. Las primeras obras de la
iglesia se veían cuando los creyentes se buscaban amigos, parientes
y conocidos, y con corazones desbordantes de amor les contaban
la historia de lo que Jesús era para ellos y lo que ellos eran para
Jesús. ¡Ojalá que el Señor despierte a los que ocupan puestos de
responsabilidad para que no emprendan la obra confiando en su
propia habilidad! La obra que salé de sus manos carecerá del molde
y de la inscripción de Cristo”.—
Testimonios para los Ministros, 167,
168
.
[29]