Página 38 - Liderazgo Cristiano (2003)

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Liderazgo Cristiano
la supremacía, el verdadero conductor pedirá en oración un corazón
comprensivo, para discernir entre el bien y el mal”.—
La Historia de
Profetas y Reyes, 20, 21
.
Los dirigentes necesitan aprender
—“Los que aceptan puestos
de responsabilidad en la obra de Dios deberían recordar siempre
que al llamarlos a esta obra el Señor lo ha llamado también a an-
dar con prudencia delante de él y delante de los hombres. En vez
de creerse llamados a regentar, a dictar y mandar, deberían darse
cuenta de que ellos mismos necesitan aprender. Cuando un obrero
de responsabilidad no aprende esta lección, cuanto antes se lo releve
de su responsabilidad tanto mejor será para él mismo y para la obra
de Dios. Jamás un cargo imparte santidad y excelencia de carácter.
Quien honra a Dios y guarda sus mandamientos recibe él mismo
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honores.
“Cada uno debería formularse con humildad la siguiente pregun-
ta: ‘¿Soy apto para ocupar este cargo? ¿He aprendido a practicar la
justicia y el juicio según los caminos del Señor?’ El ejemplo terrenal
del Salvador nos fue dado para que no andemos en nuestra propia
fuerza, sino que cada quien se considere ‘mozo pequeño’, según la
expresión de Salomón”.—
Joyas de los Testimonios 3:429, 430
.
Una fatal decepción
—“Hay un engaño terrible y fatal en que
puede caer la mente humana. Debido a que los hombres están en
puestos de confianza, relacionados con la obra de Dios, se exaltan
en su propia estima y no disciernen que otras personas, tan preciosas
a la vista de Dios como la suya propia, son descuidadas y tratadas
con tosquedad, maltratadas, heridas y abandonadas para morir”.—
Testimonios para los Ministros, 356
.
Cultivar un sentimiento de humilde dependencia
—“Los
hombres a quienes el Señor llama para ocupar cargos importan-
tes en su obra deben cultivar un sentimiento de humilde dependencia
de él. No deben tratar de abarcar demasiada autoridad; porque Dios
no los ha llamado a dominar, sino a hacer planes en cooperación
con sus compañeros de labor. Todo obrero debe considerarse sujeto
a los requerimientos y las instrucciones de Dios”.—
Joyas de los
Testimonios 3:418
.
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