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Liderazgo Cristiano
un rasgo de carácter”.
Manuscrito 159, 1898, p. 1, 2
, (8 de diciembre
de 1898, “No hablar mal de un hombre”).
Los que tiran hacia atrás
—“Siempre hay unos pocos que pien-
san, cuando sus hermanos tiran hacia adelante, que es deber suyo
tirar hacia atrás. Objetan a todo lo que se propone, y combaten todo
plan que ellos mismos no hayan originado. En ello hay una oportu-
nidad para que las personas desarrollen una desordenada confianza
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propia. Nunca aprendieron en la escuela de Cristo la lección preciosa
y de suma importancia de volverse mansos y humildes. Para los que
tienen una voluntad fuerte, no hay nada más difícil que renunciar a su
parecer y someterse al juicio de otros. Les es difícil ser susceptibles
de ser enseñados, afables y fáciles de tratar...
“Los espasmódicos y vacilantes movimientos de algunos que
pretenden ser cristianos resultar bien representados por el trabajo
de caballos fuertes pero no adiestrados. Cuando el uno tira para
adelante, el otro tira para atrás; al oír la voz de su amo el uno se
echa hacia adelante, y el otro se queda inmóvil. Si los hombres no
avanzan en armonía en la grande y sublime obra para este tiempo,
habrá confusión. No es buena señal cuando los hombres se niegan a
unirse a sus hermanos y prefieren obrar solos. Depositen los obreros
su confianza en los hermanos que se sientan libres para señalar todo
apartamiento de los principios correctos. Si los hombres llevan el
yugo de Cristo, no pueden tirar separadamente; tirarán con Cristo”.—
Obreros Evangélicos, 461, 462, 502, 503
.
La cooperación y la unidad son esenciales
—“No piense nin-
guna persona que únicamente sus dones son suficientes para la obra
de Dios; que sólo él puede llevar a cabo una serie de reuniones y
dar perfección a la obra. Sus métodos pueden ser buenos, y sin em-
bargo diversos dones son esenciales. La mente de una sola persona
no debe modelar ni dar forma a la obra de acuerdo con sus ideas
particulares. Para que la obra sea edificada con firmeza y simetría se
requieren diversos dones y diferentes instrumentos, todos ellos bajo
la dirección del Señor; él instruirá a los obreros de acuerdo con sus
diversas aptitudes. La cooperación y la unidad son indispensables
para constituir un todo armonioso en el que cada obrero cumpla la
orden que Dios le ha encomendado, se desempeñe correctamente en
su posición y supla la deficiencia de otro. Cuando se permite que