Página 69 - Liderazgo Cristiano (2003)

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Cooperar
Dios coopera con los que cooperan con él
—“El Señor coloca
a hombres de puestos de responsabilidad no para que ejecuten su
propia voluntad, sino la voluntad de Dios. Él da sabiduría a quienes
lo buscan y dependen de él como su Consejero. Tan pronto como
los hombres representen los puros principios de su gobierno, él
continuará bendiciéndolos y manteniéndolos como sus instrumentos
para realizar sus propósitos concerniente a su pueblo. Él coopera con
quienes cooperan con él”.
Manuscrito 81, 1900, p. 6, 12
, (Diario, 1
de septiembre de 1903 (escrito en 1900), “El reino de Salomón”).
El hombre obstinado
—“La terquedad es una barrera para el
progreso. El obstinado no puede ser convencido de nada que él no
vea con sus propios ojos. No entiende lo que significa caminar por fe.
Se ciñe a sus propios planes y opiniones, sean éstos correctos o no,
porque ya ha adoptado una línea de pensamiento. Se le pueden pre-
sentar suficientes razones para demostrarle que está equivocado; sus
hermanos alzar sus voces contra sus opiniones y métodos de lograr
éxito en la obra; pero él ha levantado una barrera casi inamovible
contra toda convicción.
“Un hombre así no debe formar parte de juntas o comisiones.
Constitucionalmente está incapacitado para tomar decisiones im-
portantes. Está determinado a no ser convencido. No se pliega a los
hombres de experiencia y, por supuesto, es un impedimento en vez
de una ayuda. Sugiere sentimientos que no pueden ser apoyados por
la experiencia y el criterio de hombres que son tan inteligentes y tan
sabios como él. Hará declaraciones como si fuera omnisciente, y
sostendrá que sus ideas son totalmente adecuadas. El yo ha sido por
tanto tiempo el elemento gobernante, que este desafortunado hombre
considera y piensa que es una virtud tener sus propias opiniones. Si
sus ideas no se siguen, levantará objeciones a cada momento, ya sea
en asuntos de mayor o menos importancia. Se aferra a sus propias
palabras, ya sean correctas o equivocadas. Esta práctica, repetida a
menudo, crece como un hábito confirmado, hasta que se convierte en
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