Página 76 - Liderazgo Cristiano (2003)

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Liderazgo Cristiano
muchos sentidos usted mismo puede ser más merecedor de censura
que ellos. Su obra está bajo la inspección de Dios”.
Carta 21, 1888,
p. 10, 11
, (14 de octubre de 1888, al Hno. Butler).
El espíritu de autoridad
—“En nuestras diversas ocupaciones
debe haber dependencia y ayuda mutua del uno para con el otro.
No aún el presidente de la Asociación debe ejercer un espíritu de
autoridad; porque el puesto no transforma al hombre en una criatura
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que no puede errar. Todo obrero a quien se le ha confiado el manejo
de una Asociación debe trabajar como Cristo trabajó, llevando su
yugo y aprendiendo de él su humildad y mansedumbre.
“El espíritu y el proceder de un presidente de Asociación, ya sea
en hechos o en palabras, revela si él se da cuenta de sus debilidades y
pone su confianza en Dios, o si piensa que su posición de influencia
le ha dado una sabiduría superior. Si ama y teme a Dios, si se da
cuenta del valor de las personas, si aprecia cada pizca de ayuda que
por la gracia de Dios le brinde un hermano obrero, entonces podrá
ligar los corazones por medio del amor que Cristo reveló durante
su ministerio. Hablará palabras de consuelo al enfermo y apenado.
Si no cultiva una manera dominante, sino que tiene presente que
Uno es su Maestro, es decir Cristo, entonces podrá aconsejar a los
inexpertos, animándolos a que sean la mano ayudadora de Dios”.
Carta 10, 1903, p. 3, 4
, (8 de enero de 1903, a E. R. Palmer y A. G.
Daniells).
La personalidad que Dios ha concedido a los hombres
—“El
poder de gobernar al hombre que ha estado penetrando en nuestras
filas no tiene sanción en la Palabra. Satanás se ha introducido para
llevar a los hombres a depender de los hombres, y a hacer de la
carne su brazo. Se me ha instruido que diga: ‘Rompan todo yugo
que la invención humana ha fabricado, y presten atención a la voz
de Cristo: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que
soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras
almas; porque mi yugo es fácil y ligera mi carga”’.
Mateo 11:29, 30
.
“El hombre que por ser presidente de una Asociación se atreve
a asumir la responsabilidad de decir a sus colaboradores cuál es su
deber, está desarrollando una experiencia equivocada. La influencia
sólo servirá para destruir la personalidad dada a los hombres por
Dios y ponerlos bajo la jurisdicción humana. Esta clase de manejo
equivale a poner las bases para la incredulidad. Los hombres que ins-