Página 84 - Liderazgo Cristiano (2003)

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Liderazgo Cristiano
una voz de mando. El Señor tiene entre sus obreros a hombres
humildes y discretos; de entre ellos debería escogerse a quienes
dirigirán la obra en el temor de Dios.
“Sería conveniente que se invitara al pastor Cottrell y por lo
menos a un obrero de amplia experiencia para intercambiar ideas y
considerar los planes que afectan a la obra médica. Dios ha dispuesto
que sus siervos desempeñen las responsabilidades de esa Asociación
en un espíritu de humildad y dependencia en él”.
Carta 290, 1907, p.
2, 3
, (29 de agosto de 1907, a George W. Reaser).
“Vez tras vez repito la advertencia: ‘Nunca pongan como presi-
dente de una Asociación a un hombre que supone que una posición
de esta clase le da autoridad para dictaminar y controlar las concien-
cias de otros. Es natural que el hombre tenga una gran estima de sí
mismo; los viejos hábitos luchan por supremacía; pero el hombre
que ocupa un cargo de confianza no debería glorificarse a sí mismo.
“El obrero que diariamente subordina su voluntad a la voluntad
de Cristo será educado para alejarse de tales ideas. Practicará las
virtudes del carácter de Cristo con toda mansedumbre y humildad
de pensamiento; y esto dará la preciosa libertad de hijos de Dios a
todos los que se supone que serán beneficiados con sus servicios.
Ellos estarán libres para actuar de acuerdo con la gracia que les fue
concedida, para que todos puedan entender los preciosos privilegies
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que poseen los santos como miembros del cuerpo de Cristo.
“Aquel a quien se le ha confiado sagradas responsabilidades,
siempre manifestará la mansedumbre y la sabiduría de Cristo; porque
es ésta la manera en que llega a ser un representante del carácter y
los métodos de Cristo. Nunca debería usurpar autoridad u ordenar,
o amenazar, diciendo: ‘A menos que haga lo que yo digo, usted no
recibirá sueldo de la Asociación’. Un hombre que pronuncie tales
palabras estará fuera de lugar como presidente de una Asociación.
El haría a los hombres esclavos de su juicio”.
Carta 416, 1907, p. 5,
6
, (30 de diciembre de 1907, a A. G. Daniells y W. C. White).
Dios no vindicará proyectos para oprimir a los hombres
“Dios no justificará ningún artificio por medio del cual el hombre
pueda regir u oprimir en lo más mínimo a sus semejantes. La única
esperanza para los hombres caídos consiste en mirar a Jesús y reci-
birlo como el único Salvador. Tan pronto como el hombre comienza
a hacer una regla férrea para otros hombres, tan pronto como co-