No criticar
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“La cavilación y la crítica dejan al ser tan desprovisto del rocío de
la gracia como estaban desprovistas de lluvia las colinas de Gilboa.
No se puede tener confianza en el juicio de los que se dedican a
ridiculizar y a tergiversar. No se puede dar peso a sus consejos y
resoluciones. Ustedes deben llevar las credenciales divinas antes de
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hacer movimientos decisivos para moldear los procedimientos de la
causa de Dios”.—
Notas Biográficas de Elena G. de White, 356
.
La crítica invita a la crítica
—“La obra de juzgar a su hermano
no ha sido encomendada a ningún hombre: ‘No juzguéis’, dice el
Salvador, ‘para que no seáis juzgados, porque... con la medida con
que medís, os será medido’.
Mateo 7:1, 2
. Quien toma sobre sí el
trabajo de juzgar y criticar a otros, se expone a sí mismo para que lo
juzguen y critiquen en la misma medida. Los que están listos para
condenar a sus hermanos, harían bien en examinaran sus propias
obras y carácter. Hecho honestamente, un examen de esta clase
revelará que ellos también tienen defectos de carácter, y que han
cometido graves desatinos en su trabajo. Si el gran Juez los tratara
como ellos tratan a sus compañeros, lo considerarían falto de bondad
y misericordia.
“‘Y ¿por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano’—
pregunta el Salvador—, ‘y no echas de ver la viga que está en tu
propio ojo? ¿O como dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de
tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la
viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del
ojo de tu hermano’”.
Mateo 7:3-5
.—
Advent Review and Sabbath
Herald, 14 de noviembre de 1907
.
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